viernes, 22 de agosto de 2008

¡¡¡¡ A por ellos !!!


Atilio Borón, rebelion *

La IV Flota terminó por hundir a Imperio, el libro de Michael Hardt y Antonio Negri demostrando, una vez más, que las réplicas de la historia son impiadosas con las modas intelectuales que, en su tiempo, lucían como indiscutibles o inexpugnables. La nefasta tesis que proponían aquellos autores: pensar que existía un “imperio sin imperialismo” ha quedado sepultada por los hechos. Que en paz descanse.

Un poco de historia

Podría argumentarse: ¿y a quién le importa la muerte de un desvarío de dos intelectuales? Respuesta: a mucha gente y, especialmente, a las fuerzas sociales que luchan por la construcción de un mundo mejor, por una sociedad socialista. Para comprender mejor el porqué de esta respuesta conviene hacer un poco de historia. Precisamente cuando el neoliberalismo comenzó a sufrir los embates de una resistencia que a comienzos de nuestro siglo se extendía por las más diversas latitudes apareció el libro de Hardt y Negri. De inmediato la obra fue saludada por toda la prensa imperialista mundial como el nuevo “Manifiesto Comunista” del siglo veintiuno; un manifiesto que, a diferencia de su predecesor escrito por Marx y Engels un siglo y medio antes, demostraba su sensatez al fulminar sin atenuantes a los dinosaurios que aún hablaban del imperialismo, creían que las transnacionales se apoyaban en la fortaleza de los estados nacionales y que éstos, lejos de estar en vías de extinción, se fortalecían en el capitalismo metropolitano mientras se debilitaban en la periferia del sistema. Un curioso manifiesto comunista en cuyas páginas brillaban por su ausencia las contradicciones de clases, la dialéctica y la revolución, y que erigía como modelo de lucha contra el fantasmagórico imperio ... ¡al bueno de San Francisco de Asís! (de quien se decía que amansaba a lobos hambrientos con el sonido de su violín) y relegando al museo de los arcaísmos revolucionarios a figuras como el Che Guevara, Fidel, Lenin, Mao, y Ho Chi Mihn, entre tantos otros. Por varias razones que no viene al caso exponer aquí la influencia de estos disparates en las primeras reuniones del Foro Social Mundial de Porto Alegre fue enorme, y quienes objetábamos las tesis de Hardt y Negri debimos remar a contracorriente para lograr que se nos escuchara. Muchos de quienes impidieron un debate a fondo sobre este asunto terminaron siendo los representantes ideológicos de los anguiliformes gobiernos de centro-izquierda que, poco después, se afianzarían en la región.

No era fácil objetar los planteamientos de un pensador dueño de una trayectoria marxista tan dilatada como Toni Negri. Imperio, escrito conjuntamente con el estadounidense Michael Hardt -un profesor de Teoría Literaria de la Universidad de Duke- es un libro voluminoso, enrevesado y por momentos críptico (o confuso, si no se quiere ser tan benévolo) cuya tesis central: “el imperio no es imperialista” sonó como música celestial para los imperialistas No causó sorpresa, por lo tanto, el aluvión de elogios con que el libro fue recibido por el mundo “bienpensante” y la industria cultural del imperio: no es cosa de todos los días que dos autores que se autodenominan “comunistas” planteen una tesis tan grata y tan coherente con los deseos y los intereses de los imperialistas de todo el mundo, y muy especialmente con los de la “Roma americana”, al decir de José Martí, que aporta los fundamentos materiales, militares e ideológicos sobre los cuales reposa todo el imperialismo como sistema.

La interminable sucesión de errores y confusiones que se desgranaban a lo largo del libro –salpicadas, es verdad, con alguna que otra observación más o menos razonable- fue objeto de numerosas críticas. Pensadores marxistas de las más diversas corrientes cuestionaron y refutaron esa obra.1 Por nuestra parte, asumimos como una exigencia de la militancia anti-imperialista dedicar un tiempo precioso para escribir un pequeño libro destinado a rebatir las tesis centrales de Imperio y a tratar de contribuir a neutralizar la profunda confusión ideológica en que, a causa de las mismas, habían caído los movimientos de la alterglobalización.2 Es que, en línea con el discurso predominante del neoliberalismo y bajo una retórica de izquierda el libro de Hardt y Negri contrariaba con una insoportable mezcla de ignorancia y soberbia toda la evidencia empírica arrojada por numerosos estudios sobre la dominación imperialista y sus consecuencias. Aparte de la disparatada tesis central: un imperio sin relaciones imperialistas de dominación, saqueo y explotación, también se afirmaba que el imperio carece de un centro, no tiene un “cuartel general” ni puesto de comando y tampoco se afianza sobre base territorial alguna; mucho menos puede decirse de que cuente con el respaldo de un estado-nación. Para Hardt y Negri el imperio es una benévola constelación de múltiples poderes sintetizados en un régimen global de soberanía, permanentemente jaqueada por una fantasmagórica “multitud”: una vaporosa o líquida, al decir de Zigmunt Bauman, agregación altamente inestable y cambiante de sujetos que, por una incomprensible paradoja, eran simultáneamente los verdaderos creadores del imperio y podían ser sus eventuales sepultureros si es que por un milagro lograban curarse de la esquizofrenia que los condujo a crear algo que los oprimía y que, a la vez, querían destruir.

Es por todo lo anterior que pocas imágenes podrían ser más del agrado del gobierno de Estados Unidos y las clases dominantes de ese país y sus aliados en todo el mundo que esta embellecida visión de sus cotidianas tropelías, crímenes, atropellos y el genocidio que lenta y silenciosamente practican día tras día por los cuatro rincones de la tierra, y muy especialmente en el Tercer Mundo. Pocas, también, podrían haber sido más oportunas en momentos en que Estados Unidos se había convertido en la potencia imperialista más agresiva y poderosa de la historia de la humanidad y en el estado nación imprescindible e irreemplazable para sostener con su formidable maquinaria militar, su enorme gravitación económico-financiera y el fenomenal poderío de su industria cultural (desde Hollywood hasta sus universidades, pasando por sus tanques de pensamiento y los medios de comunicación de masas y, last but not least, su control estratégico de la Internet, no compartido ni siquiera con la Unión Europea y Japón) toda la arquitectura del sistema imperialista mundial.

La IV Flota entra en escena

Ahora bien: si alguna prueba hacía falta para invalidar irreparablemente las tesis centrales de Imperio (y para convencer a los más remisos del carácter insanablemente erróneo de ese libro) la reactivación ordenada por el gobierno de Estados Unidos de la IV Flota aportó la evidencia necesaria para cerrar definitivamente el caso. Herido de muerte por la invasión y ocupación estadounidense de Irak, donde fue un estado-nación quien produjo el zarpazo que, a la vieja usanza imperialista, arrasaría con ese país para apoderarse de su riqueza petrolera y favorecer a “sus transnacionales”, Imperio sucumbió definitivamente ante la nueva iniciativa ordenada por el Departamento de Defensa en Abril del 2008.3

Desactivada desde 1950, la IV Flota (de Estados Unidos, no de un poder “global y abstracto” o de las Naciones Unidas, como Hardt y Negri nos inducirían a creer) fue sacada de su letargo con el mandato específico de patrullar la región y monitorear los acontecimientos que se puedan producir en el vasto espacio conformado por América Latina y el Caribe. No sólo se trata de controlar el litoral marítimo en el Atlántico y el Pacífico sino que también -se deslizó con llamativa imprudencia- podría inclusive navegar por los caudalosos ríos interiores del continente con el propósito de perseguir narcotraficantes, atrapar terroristas y desarrollar acciones humanitarias que hubieran provocado la envida de la madre Teresa de Calcuta. No hace falta ser demasiado perspicaz para caer en la cuenta que la penetración de la IV Flota por el Amazonas y su eventual estacionamiento en ese río le otorgaría un sólido respaldo militar a la pretensión norteamericana de convertir a esa región en un “patrimonio de la humanidad bajo supervisión de las Naciones Unidas.” Tampoco se requiere de demasiada imaginación para percatarse de lo que podría significar la navegación de la IV Flota por los grandes ríos sudamericanos (en soledad o con el auxilio de fuerzas locales aliadas al imperialismo) para maniatar y subyugar la que, en un trabajo reciente, Perry Anderson calificara como la región más rebelde y resistente al dominio neoliberal del planeta.

Con esta iniciativa Estados Unidos, el centro indiscutido del imperio y el locus donde reside su cuartel general, viene a completar por los mares y ríos lo que ya había sido parcialmente obtenido mediante el emplazamiento en nuestra geografía de una serie de bases y “misiones militares” y por su predominio aéreo y del espacio exterior, especialmente en el terreno satelital: el control integral de lo que los expertos en geopolítica de Estados Unidos llaman la gran isla americana. Gracias al Plan Colombia (y en menor medida al Plan Puebla-Panamá) y a las numerosas bases militares con que cuenta en la región Washington detenta un decisivo y monopólico control territorial que se extiende desde México, en el Norte y llega hasta la Triple Frontera, con la Base Mariscal Estigarribia en Paraguay, e inclusive hasta la propia Tierra del Fuego, en el extremo Sur de la Argentina en donde también hay personal militar norteamericano. 4

Una nota producida hace pocos meses por Stella Calloni consigna que en Tierra del Fuego el gobierno de esa provincia argentina emitió un decreto cediendo tierras “para la instalación de una base estadounidense que se supone realizará ‘estudios nucleares con fines pacíficos’ ”. Esta decisión del gobierno provincial se apoya en una ley aprobada en 1998 por la Cámara de Diputados de la Nación, durante la presidencia de Carlos S. Menem, en cuyos anexos se contempla que ‘podrán realizarse explosiones nucleares subterráneas con fines pacíficos’. El decreto del ejecutivo fueguino autoriza la instalación de una base del Sistema Internacional de Vigilancia para la Prevención y Prohibición de Ensayos y Explosiones Nucleares ... y habilita para ‘los integrantes de esta base el libre tránsito por la provincia, si así lo requieren para sus estudios’.” Por último anota Calloni que existe el peligroso antecedente de la “inmunidad total” que el Paraguay otorgara, en 2005, a las tropas estadounidenses radicadas en ese país” y que motivara la condena unánime de los organismos defensores de los derechos humanos en toda América Latina. 5

Resumiendo: en la actualidad el control que Estados Unidos detenta del espacio aéreo latinoamericano es absoluto e inexpugnable, habida cuenta de su enorme superioridad tecnológica que, entre otras cosas, le permitió organizar y ayudar a ejecutar, paso a paso, la enigmática “operación rescate” de Ingrid Betancourt y los otros “rehenes de oro” que tenían en su poder las FARC.6 A lo anterior debe sumársele su presencia territorial y, ahora, agregársele el dominio de los mares, con lo cual el círculo se cierra sobre América Latina y el Caribe. Círculo que se estrecha cada vez más para los cuatro gobiernos que en nuestra región están librando una batalla diaria y sin cuartel contra el imperialismo: Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador.

Misiones manifiestas y latentes

Una versión “candorosa” de la misión de la IV Flota (apta para el consumo de las buenas almas incapaces de reconocer la maldad) la brindó hace pocas semanas el Almirante James Stavridis. En una nota, reproducida en los principales periódicos de América Latina, este militar sostiene que “el restablecimiento de la IV Flota” es un reconocimiento a la “excelente cooperación, amistad y mutuo interés en las Américas entre nuestra armada y las armadas de toda la región.” Después de asegurar que “no hay naves permanentemente asignadas a la IV Flota … y no tendrá ningún buque portaaviones asignado” destacó que entre las principales operaciones marítimas que podrían llevarse a cabo con las armadas de la región se incluyen, (llamativamente en primer lugar) “la asistencia humanitaria …, el apoyo a las operaciones de paz, la asistencia en las situaciones de desastres y las operaciones de auxilio, en las operaciones antinarcóticos y …en las de cooperación regional y de entrenamiento inter-operacional.”7

Es evidente que el lenguaje empleado por Stavridis no por casualidad tiene la suficiente ambigüedad como para ocultar las verdaderas intenciones que se ocultan detrás de tan significativa decisión. ¿Es concebible pensar que Estados Unidos va a reactivar la IV Flota para ofrecer “asistencia humanitaria” a América Latina y el Caribe? Esto no lo puede creer nadie, porque para eso no hace falta una flota naval y además porque semejante arranque de altruismo jamás ha figurado en la agenda de la política exterior estadounidense. Esta sigue fiel al viejo dictum de John Quincy Adams, sexto presidente de Estados Unidos, cuando dijera que ese país “no tiene amistades permanentes sino intereses permanentes.”

Esta política, por lo tanto, poco tiene de novedosa. La Doctrina Monroe, formulada en 1823 -¡es decir, un año antes de la batalla de Ayacucho que complementaría la primera etapa de la lucha por la independencia de nuestros pueblos!- apuntaba en esa dirección y reafirmaba el “interés permanente” de Estados Unidos por controlar y dominar América Latina. Tal como lo señala el historiador Horacio López, a fines del siglo XIX un oficial de la Armada estadounidense, Alfred Thayer Mahan, perfeccionaría en el plano de la geopolítica las recomendaciones que se desprenden de la Doctrina Monroe.8 La preocupación de Mahan surgió como respuesta ante la problemática planteada por la guerra Hispano-americana que culminó, en el Caribe, con la incorporación de Cuba y Puerto Rico a su hegemonía (si bien bajo diferentes condiciones) y la estrategia que Estados Unidos debía poner en práctica para asegurar su indisputado predominio en el Caribe, definido a partir de entonces como el Mare Nostrum estadounidense. Contrariando las interpretaciones dominantes en su tiempo Mahan sostiene que la extensión del poder continental de Estados Unidos pasaba por el control global de los océanos y de las líneas de comunicaciones marítimas, lo que exigía la conformación de una poderosa flota militar y mercante. A partir de estas premisas Mahan, observa López, planteó la necesidad de construir un canal en Centroamérica para resolver, en caso de conflictos, el rápido traslado de la flota de guerra estadounidense de una costa a la otra dado que la travesía por el estrecho de Magallanes insumía, en esa época, más de sesenta días de navegación.. Una vez que se construyera el canal, se suscitaría el problema de su defensa para evitar que cayera en manos enemigas. López cita al sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfoguel quien afirma que “c omo una manera de asegurar la defensa del futuro canal, Mahan recomendó que antes de construirlo Estados Unidos debía adquirir Hawai y controlar militarmente las cuatro rutas marítimas caribeñas al noreste del canal: el Paso de Yucatán (entre Cuba y México); el Paso de los Vientos (la principal ruta norteamericana de acceso al canal entre Cuba y Haití); el Paso de la Mona (entre Puerto Rico y la República Dominicana) y el Paso de Anegada (cerca de St. Thomas en las aguas orientales de Puerto Rico). Mahan recomendó a las élites norteamericanas la construcción de bases navales en estas zonas como paso previo a la construcción de un canal y como paso indispensable para transformar a los Estados Unidos en una superpotencia.” 9

Si se examina el itinerario de la política exterior de ese país se podrá comprobar que las recomendaciones de Mahan no cayeron en saco roto: Estados Unidos se apoderó de Cuba y Puerto Rico e, indirectamente, de las pequeñas naciones del Caribe y Centroamérica; hizo lo propio con el archipiélago de Hawai en 1898 y al poco tiempo se apropió de las Filipinas, las Islas Marianas y otras posesiones en el Pacífico Occidental. Todo este esfuerzo se vio coronado con la cuidadosamente planeada secesión de la norteña provincia colombiana de Panamá, en 1903, y la firma de un tratado que permitiría la construcción del Canal, que sería inaugurado en 1914. 10 En esa oportunidad las autoridades “independientes” de Panamá concedieron a Estados Unidos los derechos a perpetuidad del canal y una amplia zona de 8 kilómetros a cada lado del mismo a cambio de una suma de 10 millones de dólares y una renta anual de 250 000 dólares. Esta situación sería modificada gracias al Tratado Torrijos-Carter, firmado en 1977, y que devolvería el Canal a la soberanía panameña el 31 de Diciembre de 1999.

De esta somera descripción surge con bastante claridad la coherencia de la política exterior de la Casa Blanca hacia América Latina, el rol importantísimo jugado por la Armada y, en consecuencia, la muy fundada sospecha que la reactivación de la IV Flota está llamada a jugar un papel mucho más importante que el anunciado en la propaganda oficial. En otras palabras, que su misión verdadera poco tiene que ver con la manifiestamente declarada.

Sabemos por experiencia los problemas definicionales con que tropieza quien pretenda descifrar el significado de “seguridad regional”, “terrorismo” y “narcotráfico” cuando estas expresiones son propuestas en los discursos o documentos oficiales del gobierno de Estados Unidos. Cualquiera que se oponga a los designios imperiales puede ser fulminado con la calificación de terrorista o narcotraficante o, más fácil todavía, como “cómplice” de aquellos. El argumento de la lucha contra el narcotráfico no sólo es falso; es cómico. Afganistán y Colombia, dos países en donde la presencia norteamericana es abrumadora (podría decirse inclusive que, sobre todo en el primer caso, son países “ocupados” militarmente por Washington) no por casualidad registran en los últimos años una vigorosa expansión de los cultivos de amapola y coca y, además, el tráfico de sustancias prohibidas, algo insólito que ocurra bajo la celosa mirada de quienes ahora se arrogan la responsabilidad de combatir al narcotráfico en América Latina. Un estudio reciente concluye que la invasión y ocupación de Afganistán desde Octubre del 2001 “no destruyó la economía de la droga en ese país. Peor aún, Afganistán ha vuelto a convertirse en el mayor productor mundial de opio … y el cultivo de la amapola se ha extendido por todas las provincias del país y su cosecha aporta el 92 % del opio producido en todo el mundo y aproximadamente el 90 % de toda la heroína consumida.” Y en lo tocante al caso colombiano los autores sostienen que “a pesar de años de campañas de erradicación la producción y el suministro de drogas ilegales permanecieron estables en la región.” 11 El Informe de la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (UNODC) de 2008 revela que en 2007 la cosecha de amapola en Afganistán fue la mayor desde que se llevan registros estadísticos y que la producción de opio se duplicó entre 2005 y 2007. También se señala que en ese país también se verifica una impetuosa expansión del cultivo de marihuana.12 Y en Colombia se estima que en el último año la superficie sembrada con coca se incrementó en un 27 por ciento, pese a las campañas de fumigación, la presencia de tropas norteamericanas y las políticas de “combate” al narcotráfico diseñadas por el gobierno colombiano mancomunadamente con la Casa Blanca. Ante la contundencia de estos hechos, ¿quién podría ser tan ingenuo como para creer que la IV Flota levaría anclas para perseguir narcotraficantes cuando bajo la protección de las tropas norteamericanas el cultivo y el tráfico de estupefacientes floreció en Afganistán y Colombia? Lo que la experiencia sugiere es que casi con seguridad una de sus principales misiones será organizar el tráfico de drogas de modo tal que lo recaudado termine canalizándose hacia la banca norteamericana encargada de lavar el dinero mal habido.

El pretexto de la lucha antiterrorista contra el radicalismo islámico es tan poco persuasivo como el anterior: salvo los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA, ocurrida en Buenos Aires a comienzos de los años noventa (y cuya génesis, responsables y ejecutores aún se encuentran en las sombras por la pasmosa ineficacia, o corrupta complicidad, de algunos funcionarios del estado argentino en sus diferentes ramas) no existe en la región actividad alguna comprobada de células vinculadas a Al Qaeda u otra organización similar. La lucha contra el terrorismo internacional debería librarse en Washington, pues allí se encuentran sus principales responsables: la escandalosa protección oficial brindada al terrorista probado y confeso Luis Posada Carriles y la no menos escandalosa detención, en condiciones inhumanas que no se le aplican ni al más desalmado criminal, de los cinco jóvenes cubanos que se infiltraron en las organizaciones terroristas basadas en Miami le quitan por completo la más mínima pretensión de verosimilitud al proclamado objetivo de la Casa Blanca de combatir al terrorismo.13 En cuanto a las intenciones humanitarias de la IV Flota no dejan de ser un simple pretexto para encubrir sus verdaderas e inconfesables intenciones: posicionarse en la región para estar prestas a intervenir ni bien lo exijan los imperativos de la coyuntura.14

Contrariando las piadosas declaraciones de Stavridis un comunicado oficial del Departamento de Defensa de Estados Unidos manifestó que IV Flota contará con toda clase de navíos, submarinos y aviones, y que su apostadero (Mayport, en el estado de Florida) es una base naval que cuenta con un vasto arsenal nuclear. Según ese comunicado el objetivo perseguido por la reactivación de la IV Flota fue “responder al creciente papel de las fuerzas de mar en el área de operaciones del Comando Sur (de Estados Unidos) y demostrar el compromiso de Washington con sus socios regionales”.15 No es necesario extremar demasiado la imaginación para saber quienes califican como “socios regionales” y quienes, como Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia, son considerados como los “enemigos globales” que desestabilizan la región y atentan contra la “seguridad marítima” de la región. La declaración oficial del Pentágono no podría haber sido más vaga: esta fuerza tendría a su cargo varias misiones, en un rango que va desde “operaciones contingentes, la lucha contra el “narco-terrorismo” hasta ciertas actividades relacionadas con la seguridad en el teatro de operaciones. Como puede observarse, la IV Flota tiene un mandato para hacer prácticamente cualquier cosa, y no es casual que su reactivación haya coincidido con el bombardeo por parte de la Fuerza Aérea de Colombia de un campamento de las FARC precariamente instalado en territorio ecuatoriano y a pocos kilómetros de la frontera, operación ésta que, al igual que la “liberación” de los quince rehenes en poder de la FARC, no hubiera sido posible sin el apoyo informático y satelital de Estados Unidos. Tampoco es casual que tenga lugar cuando los esfuerzos por desestabilizar a los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Bolivia pusieron en evidencia sus limitaciones y los gobernantes de esos países lograron, al menos hasta ahora superar, todos los obstáculos y acechanzas interpuestas por la Casa Blanca y sus lugartenientes en la región. La aplastante victoria de Evo Morales en el reciente referendo revocatorio del 10 de Agosto debe haber sumido en la desesperación a muchos en Washington y en la Media Luna de Bolivia.

Para resumir: lo cierto es que el Pentágono contempla dotar a la IV Flota con un equipamiento similar al que cuentan la Quinta Flota, que opera en el Golfo Pérsico, y la Sexta, estacionada en el Mediterráneo. Declaraciones posteriores del Pentágono admitieron que al menos un portaaviones y varios submarinos formarán parte de la flota encargada de patrullar en aguas latinoamericanas. En ese mismo cable originado en Washington -y publicado por La Nación bajo la firma de su corresponsal en esa ciudad Hugo Alconada Mon- se dice que “dentro de la órbita del Comando Sur operan hoy 11 barcos, un número que podría aumentar en el futuro. Qué tipo de naves se desplegarán "es cuestión del momento, de las misiones específicas" … (p)ero los primeros indicios apuntan al flamante portaaviones George H. W. Bush, que estará operativo desde fines de este año, como posible corazón de la IV Flota.” 16

El nuevo Portaaviones Nuclear USS George H.W. Bush. CVN77, estaría destinado a actuar en aguas latinoamericanas con base en Florida, EEUU

Según el mismo enviado a Washington, “el almirante Gary Roughead, gestor intelectual del renacimiento de la unidad” tiene como meta “asegurar la seguridad en este mundo globalizado”. Interrogado sobre el significado de esa expresión Roughead se limitó a decir que la IV Flota podrá estar “lista en todo momento para todo desafío. Por eso somos una Armada global”. Si se recuerda la extraordinaria amplitud que la nueva doctrina estratégica norteamericana anunciada en Septiembre de 2002 -la guerra infinita y global contra el “terrorismo” y el hecho de que la paranoia oficial reinante en Washington considere como “terrorista” a todo aquel que resiste las agresiones del imperialismo- pocas dudas caben acerca del papel real que habrá de desempeñar la IV Flota: ser un elemento de chantaje y disuasión para los gobiernos de la región que se opongan a los imperialistas y un significativo apoyo “extramuros” para sus aliados entre las clases dominantes locales. 17

El documento del Comando Sur de Estados Unidos denominado US Southern Command Strategy: 2016 Partnership for the Americas es calificado por el especialista en relaciones internacionales Juan Gabriel Tokatlian como “el plan más ambicioso que haya concebido en años una agencia oficial estadounidense respecto a la región.” 18 Según este documento en la nueva conformación de la política estadounidense hacia nuestra región no desempeñan papel alguno ni los tradicionales instrumentos de predominio militar, como la Junta Interamericana de Defensa o el ya difunto Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, pasado a mejor vida luego de la Guerra de Las Malvinas en 1982; ni tampoco organismos multilaterales como la OEA o las Naciones Unidas. Señala asimismo que “las instancias políticas internas (los Departamentos de Estado, Justicia y Tesoro) de interacción con el hemisferio se han evaporado en el documento. El Comando Sur anuncia su papel y proyección en el área para los siguientes diez años como lo haría un procónsul continental.” Y esto pese a que en la región “ni existen tiranos con armas de destrucción masiva, ni hay formas de terrorismo transnacional de alcance global.” 19 La militarización de la política internacional es una de las consecuencias de la nueva doctrina estratégica anunciada al mundo en Septiembre de 2002 y ratificada ahora por el Pentágono a través de su instrumento regional: el Comando Sur. Nótese que el reverso de esta concepción que militariza la escena internacional es la criminalización de la protesta social en el plano doméstico, hacia lo que apunta la ya referida legislación antiterrorista aprobada, bajo la fuerte presión estadounidense, en casi todos los países del área. Y para combatir en ambos terrenos, el internacional y el nacional, el imperio apela a la eficacia disuasiva de las armas. Ese y no otro es el papel real que la IV Flota está llamada a cumplir en América Latina y el Caribe.20

Un debate terminado, una confusión menos

Como decíamos al principio, la puesta en funcionamiento de la IV Flota liquidó el debate en torno a la naturaleza del imperio. Tal como lo plantea el marxismo, las controversias teóricas y políticas no se resuelven con ingeniosos juegos de lenguaje o encendidas pirotecnias verbales sino en la vida práctica de pueblos y naciones. Y el debate sobre el libro de Hardt y Negri ya se acabó: el primer golpe mortal lo había propinado la Guerra de Irak, que desde el principio demostró claramente ser una clásica guerra imperialista de anexión lanzada para apropiarse del petróleo iraquí. Y el tiro de gracia lo acaba de descerrajar la decisión de reactivar la IV Flota. Para estudiar seriamente el imperialismo Hardt y Negri deberían haberse inspirado en la actitud de V. I. Lenin -un autor por quien no ocultan su menosprecio- cuando se propuso investigar la naturaleza del imperialismo a comienzos del siglo veinte: leer toda la literatura relevante producida por los intelectuales de la burguesía imperialista. En lugar de ello Hardt y Negri se regodearon transitando por los inconsecuentes meandros de la filosofía posmoderna francesa mientras el imperio verdadero -no el que ellos alucinaban- desfilaba ante sus dilatadas pupilas sin tener la menor conciencia de ello. Su desconocimiento de la densa literatura imperialista producida por la derecha norteamericana desde Reagan hasta nuestros días es imperdonable. Si hubieran tenido la curiosidad propia del espíritu científico y se hubiesen asomado a leer algo, aunque sea lo que escribía uno de los voceros más caracterizados del pensamiento imperialista norteamericano y principal columnista de asuntos internacionales del New York Times, Thomas Friedman, se habrían proporcionado un baño de sobriedad y probablemente dado cuenta de que algo no funcionaba demasiado bien en su teoría. 21 Poco antes de la aparición de Imperio Friedman escribió una nota en la que decía, sin tapujo alguno, que “la mano invisible del mercado global nunca opera sin el puño invisible. Y el puño invisible que mantiene al mundo seguro para el florecimiento de las tecnologías del Silicon Valley se llama Ejército de Estados Unidos, Armada de Estados Unidos, Fuerza Aérea de Estados Unidos y Cuerpo de Marines de Estados Unidos (con la ayuda, incidentalmente, de instituciones globales como las Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional. … Por eso cuando un ejecutivo dice cosas tales como ‘No somos una compañía estadounidense. Somos IBM-US, o IBM-Canadá, o IBM-Australia, o IBM-China” les digo: ¿ Ah sí ? Bueno, entonces la próxima vez que tengan un problema en China llamen a Li Peng para que le ayude. Y la próxima vez que el Congreso liquide una base militar en Asia –y usted dice que no le afecta porque no le preocupa lo que hace Washington- llame a la Armada de Microsoft para que le asegure las rutas marítimas de Asia. Y la próxima vez que un novato congresista republicano quiera cerrar más embajadas estadounidenses llame a America-On-Line cuando pierda su pasaporte.” 22

Este es el “imperio realmente existente”, el “sheriff solitario” del que habla Huntington, con la omnipresencia de los estados metropolitanos, y sobre todo del estado fundamental para la preservación de la estructura imperialista mundial: Estados Unidos; con la proliferación de grandes empresas “nacionales” con proyección global respaldadas por sus estados (los mismos que en su cándida ensoñación Hardt y Negri creían desaparecidos) y con el decisivo componente militar que caracteriza a esta época –donde los pueblos supuestamente estarían cosechando los dividendos de la “paz mundial”, una vez implosionada la antigua URSS, causante del equilibrio del terror atómico de los años de la Guerra Fría- en la cual, paradojalmente, florece la doctrina de la “guerra infinita”, interminable y contra todos proclamada por George W. Bush.

Si algo bueno puede surgir de la desafortunada noticia de la activación de la IV Flota es que la misma nos permite dejar atrás la alucinada visión sintetizada en Imperio y que tanto retrasó la toma de conciencia de las fuerzas de la izquierda, sus partidos y movimientos sociales acerca de la verdadera naturaleza del enemigo imperialista. Como el niño del cuento aquel que gritó que “¡el rey está desnudo!”, la reciente decisión de Washington tiene un valioso efecto pedagógico: despeja del crucial terreno de las ideas las erróneas interpretaciones del imperialismo contemporáneo, como la de Hardt y Negri, lo cual es el imprescindible primer paso para trazar un panorama más claro y realista tanto de los desafíos que el imperialismo presenta a nuestros pueblos como para construir las estrategias, tácticas e instrumentos políticos e ideológicos más apropiados para combatirlo exitosamente.

* El autor es Director del PLED, el Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, de Buenos Aires. Profesor Titular de Teoría Política en la Universidad de Buenos Aires e Investigador Superior del CONICET.

1 Consultar entre muchos otros: Alex Callinicos, “Toni Negri en perspectiva” ( http://revoltaglobal.cat/IMG/pdf/form_CallinicosToniNegrienperspe.pdf ); Néstor Kohan, “ El “Imperio” de Hardt & Negri y el Regreso del Marxismo Eurocéntrico” (http://www.cuestiones.ws/semanal/030503/sem-may03-03-kohan.htm)

Slavoj Zizek, ¿Han re-escrito Michael Hardt y Antonio Negri el Manifiesto Comunista para el siglo XXI? (2001) http://es.geocities.com/zizekencastellano/arthardtnegri.htm

François Houtart, Tarik Ali, Peter Gowan y Rafael Hernández, “¿Qué imperialismo?”, en Temas (La Habana: 2003), Nº 33-34, Abril-Septiembre; Leo Panitch y Sam Gindin, “Capitalismo global e imperio norteamericano” parte I y II, en Socialist Register en Español (Buenos Aires: CLACSO, 2004 y 2005); John Bellamy Foster, “Imperialism and ‘Empire’ ”, en Monthly Review , Vol. 53, Nº 7, Diciembre de 2001.

2 Ver nuestro Imperio & Imperialismo. Una lectura crítica de Michael Hardt y Antonio Negri (Quinta Edición, Premio Extraordinario de Ensayo 2004 de Casa de las Américas) [Buenos Aires: CLACSO, 2004].

3 En el Prólogo a la Quinta Edición de nuestro Imperio & Imperialismo decíamos que “la guerra de Irak, declarada en solitario por los Estados Unidos, ha tenido sobre el análisis propuesto en aquella publicación el mismo efecto que sobre la autoestima norteamericana tuviera la caída de las Torres Gemelas de Nueva York.” (Cf. op, cit, p. 6)

4 Sobre el tema de las bases militares estadounidenses en América Latina consultar los diversos trabajos de Ana Esther Ceceña y, especialmente, “Subjetivando el objeto de estudio, o de la subversión epistemológica como emancipación”, en Ana E. Ceceña, compiladora, Los desafíos de las emancipaciones en un contexto militarizado (Buenos Aires: CLACSO, 2006), pp. 13-43. También de la misma autora Álvaro Uribe y la base de Manta
http://www.prensamercosur.com.ar/apm/nota_completa.php?idnota=3833 y, por último , su muy instructivo sitio web: www.geopolitica.ws

5 Stella Calloni, “Alertan sobre una base estadounidense para estudios nucleares en Tierra del Fuego”, en La Jornada (México), 14 de Octubre de 2007.

6 Aclaremos, para que no haya la menor duda, que condenamos sin atenuantes la utilización de los secuestros como un arma de lucha política y que por eso mismo celebramos la puesta en libertad de los rehenes en manos de las FARC. De todos modos subsisten demasiadas incógnitas acerca de la naturaleza de ese “rescate” que, seguramente, con el paso del tiempo podrán ser despejadas deparando no pocas sorpresas.

7 Cf. “La importancia de trabajar juntos”, en La Nación (Buenos Aires) 10 de Junio de 2008.

8 Horacio López, Secesionismo, anexionismo, independentismo en Nuestra América (Caracas: El perro y la rana, 2008), p. 23. El libro fundamental en el cual Mahan expone su doctrina es The Influence of Sea Power upon History, 1660–1783 (1890, no por casualidad re-editado en los años de Ronald Reagan: 1987).

9 Ramón Grosfoguel. “Los límites del nacionalismo: lógicas globales y colonialismo norteamericano en Puerto Rico”, en Jorge Enrique González, Editor. Nación y nacionalismo en América Latina (Buenos Aires: CLACSO, 2007)

10 Demás está subrayar que esta estrategia, la de la secesión, en fechas recientes ha sido desempolvada por el Departamento de Estado para contener la marea izquierdista que crece en el continente. No es casual que intentos separatistas, abiertamente alentados por Washington, hayan aparecido en Zulia, Venezuela; en el litoral ecuatoriano, resucitando una ancestral pero largamente olvidada demanda en pro de la fundación de la República del Guayas, con sede en Guayaquil; y en la Media Luna boliviana, en donde la estrategia de la secesión está a la orden del día, potenciada sin duda por la apabullante victoria de Evo en el referendo revocatorio del pasado 10 de Agosto que parece haber convencido a la reacción racista y fascista de Bolivia que la “solución” a la crisis contempla sólo dos posibilidades: o golpe de estado o secesión. El primer ensayo exitoso de esta estrategia imperialista de secesión tuvo lugar en Texas, en 1845, por entonces perteneciente a México y que luego terminaría siendo anexada al territorio de Estados Unidos. Desde entonces tiene un lugar privilegiado en el manual de operaciones del Departamento de Estado.

11 Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (UNODC en sus sigla en inglés), en el año 2006 el cultivo de amapola creció un 59 por ciento mientras que la del opio lo hizo en un 49 por ciento. En un reciente articulo Peter van Ham y Jorrit Kamminga [“Poppies for Peace: Reforming Afghanistan’s Opium Industry”, en Washington Quarterly, Invierno 2006-2007, pp. 69-81] examinan a fondo la situación de la economía de la droga en Afganistán y su posible reconversión. Nada de esto ha ocurrido, sin embargo, bajo la ocupación norteamericana.

12 UNODC, Informe Anual 2008, p. 1. http://www.unodc.org/documents/wdr/WDR_2008/Executive%20Summary.pdf

13 Sobre el caso Posada Carriles y la cuestión de “los 5” consultar nuestro “El terrorismo como política de estado”, en Página/12 y Rebelión del día 11 de Diciembre de 2007.

14 Pese a esto, a mediados de Junio de 2007 la Cámara de Diputados de la Argentina transformó en ley un proyecto del Poder Ejecutivo que reprime el accionar del terrorismo y también su financiamiento. La ley responde tanto a un reclamo de Estados Unidos. como a una presión del Grupo de Acción Financiera Internacional amenazaba con hacer un pronunciamiento público declarando a la Argentina país no seguro. Ese mismo chantaje fue ejercido sobre casi todos los países de la región que, salvo algunas pocas excepciones, aprobaron en tiempo record la legislación solicitada por el imperio. Tan vaga es la caracterización que hace la ley que en varios países de la región han surgido fuertes protestas por su aplicación para perseguir luchadores sociales o movimientos que se oponen a las políticas neoliberales. Cf. “Aprueban una ley antiterrorista que era reclamada por Estados Unidos”, en Clarín (Buenos Aires), 14 de Junio de 2007. Véase también la nota de Fernanda Balatti, “El terrorismo según Argentina”, en Le Monde Diplomatique (Buenos Aires), año IX, Número 108, Junio 2008, p. 6.

15 http://www.defenselink.mil/releases/release.aspx?releaseid=11862

16 Cf. Hugo Alconada Mon, “Estados Unidos con más presencia en la región”, en La Nación (Buenos Aires), 28 de Abril del 2008.

17 Hugo Alconada Mon, “Estados Unidos pone en marcha la IV Flota”, en La Nación (Buenos Aires), 13 de Julio de 2008.

18 “El militarismo estadounidense en América del Sur”, en Le Monde Diplomatique (Buenos Aires), Año IX, Número 108, Junio 2008, p. 5. Este artículo forma parte de un excelente dossier dedicado al tema y que incluye los siguientes trabajos: Fernanda Balatti, “El terrorismo según Argentina”; “¿Adiós a la base de Manta en Ecuador”, por Adriana Rossi; “La construcción de la soberanía regional”, por Daniel Pignotti; y “Apropiación de recursos naturales”, por Serena Corsi.

19 Ibid., p. 5.

20 Sobre la criminalización de la protesta social existe una amplísima literatura especializada. En conexión con el tema de nuestro trabajo remitimos a la lectura del texto de Fernanda Balatti mencionado más arriba.

21 No sólo no leyeron a Friedman. En realidad, no leyeron a ninguno de los numerosos intelectuales orgánicos del imperialismo como Robert Kagan, Charles Krauthammer, Michael Ignatieff, Samuel Huntington, William Kristol, Norman Podhoretz y tantos otros, muchos de ellos nucleados en torno al proyecto del Nuevo Siglo Americano y del cual la Administración Bush Jr. habría de reclutar numerosos funcionarios para ocupar cargos clave en la estructura gubernamental como Richard Cheney, Paul Wolfowitz, Elliot Abrams, John R. Bolton, Donald Rumsfeld y muchos más.

22 Thomas L. Friedman, “Foreign Affairs; Techno-Nothings”, en New York Times , 18 de Abril de 1998.

lunes, 11 de agosto de 2008

Bolivia y el grito del indio


Reflexiones desde y sobre la Península Ibérica a raíz del aplastante triunfo de Evo Morales en el referéndum revocatorio

JLF, Redsur

Es gracioso ver como algunos españoles creen tener una suerte de tutoría sobre los procesos políticos y sociales latinoamericanos, cuando la gran mayoría ignora profundamente por ejemplo las causas y consecuencias de su propia guerra civil. Estos españoles creen que por tener el estatus de europeos son más cultos y democráticos que nosotros, los latinoamericanos. Sin embargo tienen un jefe de Estado vitalicio, hereditario e impuesto por su último dictador, el facha Francisco Franco. Así muchos de estos españoles creen que se es culto y sabio por una cuestión de formas, de modales, de raza blanca, aunque menos blanca que los nórdicos, por lo que estarían por una de esas paradojas, nunca reconocidas, a mitad de camino de África y Europa.
Estos españoles, que nada tienen que ver con todos aquellos que honraron el género humano como García Lorca, Cervantes, Alberti, Unamuno, Miguel Hernández, Dolores Ibárruri y la larga lista de hombres y mujeres que trabajan y sueñan con un mundo más justo y solidario; suelen ser de derechas, incluso cuando algunos de ellos sean del PSOE, porque el Partido Socialista Obrero Español hace tiempo que no es ni Socialista ni Obrero, eso queda para la historia desde que Felipe González encarnó mejor que nadie en la España contemporánea la traición al asalariado e impulsó el neoliberalismo.

Así es como este español mediocre y facha, aunque ignore todo sobre el fascismo y Franco; iletrado, aunque lea El País y crea por ello que tiene una pátina de cultura; racista, confeso o inconsciente; preocupado por las cosas poco importantes de la vida, como la moda, el auto y los electrodomésticos; en fin un subhumano, algo que no es patrimonio exclusivo de los españoles, ya que los hay en todo el mundo, fomentado por esta cultura del consumo de baratijas y el individualismo cortoplacista. La síntesis de este espécimen, que se cree superior al indio americano, en parte por resabios de imperialismos anacrónicos, tiene la arrogancia de decirnos a nosotros cual es el camino que debemos escoger, y si no lo hacemos, es porque somos irremediablemente corruptos, tontos e ingenuos. En fin..... diría que atendáis vuestros asuntos, que bastante mal la llevan como para ni siquiera darse cuenta de lo que os toca vivir: dictadura de mercado y democracia de banqueros. No os tengo ninguna envidia, sino más bien al contrario, pero no quiero caer en vuestro error de deciros lo que debéis hacer. Españoles de derechas, no guardo esperanzas de convenceros con este mensaje, es más bien un impulso de gritar frente a la canalla torpe, bruta y corrupta: ¡Viva la República Española de hombres y mujeres libres, abajo la inquisidora y monárquica €$paña!, todavía viva debajo de la careta de modernidad capitalista. Honor y fuerza a Evo Morales y los héroes de Nuestra América, de los cuales el Ché Guevara es el gran precursor e inspirador moderno.

lunes, 4 de agosto de 2008

Un botón de muestra de la libertad de expresión que defiende el Grupo Prisa

Gemma Nierga, conduce el tanque de "La ventana", de la Cadena Ser, que le apunta a la revolución bolivariana con una metralla de falsas noticias

Pascual Serrano, rebelion.org

¿Cómo reaccionaríamos si un medio de comunicación público obligase a abandonar el estudio a un invitado que criticase al gobierno? Es indudable que en un sistema democrático un comportamiento así desde un medio estatal sería intolerable. Sin embargo, es lo que hizo la cadena Ser el pasado 25 de julio con el profesor de Filosofía Carlos Fernández Liria. “Sí, se va, porque el señor Carlos Fernández Liria no quiere debatir sobre Venezuela y es para eso para lo que le hemos invitado y no para otra cosa”, le espetó la periodista en el programa La Ventana de la cadena Ser cuando este profesor criticó al grupo empresarial Prisa por el tratamiento informativo que otorga a Venezuela y la complicidad del diario El País con el golpe de Estado contra Hugo Chávez en abril del año 2002.

Ya anteriormente, la periodista calificó las opiniones de Fernández Liria sobre el grupo empresarial Prisa de “alusiones personales” y afirmó “yo trabajo en esta casa y no le voy a permitir esas alusiones”.

De forma que en ese programa pudimos comprobar que en un medio de comunicación del grupo empresarial Prisa se puede hablar en contra o a favor de Chávez, aunque sea en una proporción de cien a uno, o en contra o a favor de cualquier otro gobierno, pero lo que bajo ningún concepto se permite es hacerlo en contra de la empresa propietaria del medio.

Es curioso, pero con el comportamiento de la periodista de la Cadena Ser se le estaba dando la razón al razonamiento de Carlos Fernández Liria en su reciente artículo “Estatalizar la prensa”. En él, este profesor propone como mecanismo para fortalecer la libertad de expresión establecer “la independencia profesional del periodista, del mismo modo que los profesores tienen libertad de cátedra y los jueces tienen blindado el ejercicio libre de su función”. Según su tesis, el entorno público es el único que permite a un profesor o un juez ejercer libremente sin las presiones empresariales de su patrón, algo que no sucede con el periodista del medio de comunicación privado, quien, por razones laborales “puede ser despedido por no ceñirse a los dictados de la empresa que le contrató”, tal y como sucede con un profesor de la enseñanza privada.

"¡¡¡¡Por qué no te callas!!!", le espetó la radio Cadena Ser al profesor de Filosofía

Y eso precisamente es lo que demostró la Ser en ese programa, mediante una periodista que al escuchar críticas al grupo empresarial de su cadena de radio afirma “yo trabajo en esta casa y no le voy a permitir esas alusiones” y despidiéndole del estudio. Nunca se hubiera tolerado a un periodista de, por ejemplo, Radio Nacional de España o de Venezuela, argumentar “yo trabajo para este gobierno o esta administración y no le voy a permitir esas acusaciones”.

Ejemplos como éste deben hacernos ver la falacia de quienes denominan “medios independientes” a los privados y “oficiales” a los públicos. El control empresarial es tan férreo que, desde hace ya mucho tiempo, donde sólo se puede lograr la verdadera independencia es en un medio público no sometido al nepotismo de los accionistas y dueños de una empresa propietaria de un medio de comunicación.

http://blogs.publico.es/dominiopublico/680/la-prensa-espanola-y-sus-verguenzas/

viernes, 25 de julio de 2008

Argentina frente al fascismo country


La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, pilotando el barco en medio de una tempestad desatada por la derecha que utiliza el lock out y su mejor arma para restarle apoyo a la presidenta, los medios masivos de comunicación

Por Jorge Sanmartino, argenpress.info

La crisis desatada en los últimos meses a raíz del lockout de la burguesía y la pequeño burguesía agraria, ha dividido a la sociedad argentina. No sólo a los contendientes en el campo político sino también las cenas familiares y las reuniones de amigos. No hubo lugar de trabajo o estudio que no haya sufrido los coletazos de semejante polarización. Asistimos al resurgimiento de las pasiones políticas. El carácter e incluso la intensidad de semejantes pasiones no son similares a las del pasado, aunque la fractura política no ha dejado de calar en las más diversas organizaciones sociales, para no hablar de los partidos políticos y sindicatos, como lo evidencia el debate en el propio partido de gobierno y en la CGT pero también en la izquierda y la CTA.

Dos fuerzas principales se mueven bajo el suelo de la crisis actual: el ascenso de la fracción agraria que rompe el bloque dominante surgido en 2003 y su confluencia con tradiciones políticas y culturales de clases medias que se fueron inclinando hacia la oposición de manera creciente. Esa asociación de factores catalizó con el anuncio de las retenciones el 11 de marzo y permitió la alianza de la burguesía rural y la pequeño burguesía urbana que en estos cuatro meses de intensa polarización, ya tiene sus símbolos, líderes y programa. La coalición exitosa que el kirchnerismo había logrado conformar durante su gobierno, se fracturó por su costado derecho, hiriendo al modelo neodesarrollista y el sistema político concomitante sobre el que cabalgó la crisis pos 2001. Y se rompió definitivamente. El rechazo a la resolución 125 en la Cámara de Senadores es el corolario de ese proceso, mientras la derecha sale fortalecida y los ecos de aquellas jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001 se hacen más débiles todavía.
El gobierno sufrió la primera pero abrumadora derrota política. Y lo hizo a manos de fuerzas conservadoras y reaccionarias. Una nueva etapa se ha abierto.

Una derecha popular

Los ruralistas y la oposición de derecha hace cuatro meses que saltaron del reclamo corporativo a la lucha hegemónica por ganar las mentes y los corazones de las mayorías. En su discurso el campo no representa ya los intereses sectoriales de la fracción agraria de la burguesía sino el interés general de toda la nación. “El campo es la patria”. Entre el argot de argumentos, los líderes gauchos han elegido aquellos que los identifican con el trabajo duro “de sol a sol” y aquel según el cual el campo da de comer a la ciudad, mientras el “estado parásito” con su corte de políticos corruptos y burocracia administrativa vive, como langostas, del trigo ajeno. Esta mezcla de “anarquismo gaucho” anti-estatal y liberalismo mal disimulado, adopta como sus banderas por lo menos dos principios del conservadurismo liberal de Edmund Burke: profunda desconfianza hacia el poder del estado y libertad por sobre la igualdad. Se trata, claro, de la libertad de mercado sobre el plano inclinado del ascenso meteórico de los precios internacionales de materias primas. La cara libertaria siempre oculta la liberal, por eso ciertos sectores de la izquierda pueden confundirse cuando gente como Alfredo De Angelis denuncia que el gobierno quiere la plata del campo para “pagar la deuda externa” y “repartírsela entre los políticos”. De esa confusión nació ese sublime disparate de ver imágenes de Lenin y Trotsky sobre la avenida Libertador, rodeados aquellos rusos atónitos, de lo más granado de las clases medias altas de la Argentina. Los héroes del moderno agrarismo y la oposición de derecha no se han privado incluso de denunciar la pobreza y la mala distribución de la riqueza, aunque sin capacidad para disimular su exigencia de base: “Que el lomo lo paguen a 80 pesos”, como dijo asaltado por un soplo de sinceridad el dirigente entrerriano. El liberalismo de tradición gorila, y en esto resulta como prender fuego sobre leña seca entre importantes estratos medios de Capital, no ha dejado de manifestar su rechazo racista a los “negros acarreados”, con los cuales contrasta el republicano “de pensamiento autónomo”, que “vota con su propia cabeza” y agita las banderas del campo “por convicción”. También han florecido alusiones a la condición “montonera” de la pareja presidencial, así como a su “revanchismo”. El heterogéneo conglomerado que clamó por la eliminación de la resolución 125, ha sido potenciado con la colaboración de la gran prensa argentina. Asistimos desde hace cuatro meses a una oleada reaccionaria que caló incluso en algunos estratos populares, que supo cabalgar sobre los errores, carencias y límites del modelo actual y su gobierno y se dispone a una batalla de largo plazo. La derecha política, que estuvo arrinconada y a la defensiva durante más de cuatro años, salió fortalecida, dividió al partido oficial y lanzará nuevos desafíos.

La oligarquía terrateniente no quiere que el Estado argentino meta mano en sus fabulosas ganancias, derivadas del aumento del precio de los alimentos a nivel mundial, mientras tanto, en Argentina mueren niños por desnutrición. En la foto
los titulares de las entidades rurales argentinas, Luciano Miguens (SRA), Mario Llambías (CRA) y Alfredo De Angeli

La presión de la burguesía agraria entró dentro de los cánones convencionales del lobby económico y político. Se trata de un sector capitalista de creciente rentabilidad que puja por sus propios intereses, en un horizonte internacional de alza de los precios de las materias primas que parece se mantendrá por varios años más. Cuando en sus actos gritaba que “el campo es el corazón de la patria” o “el campo es la nación”, se daba expresión no tanto la realidad tal como es sino la que la burguesía agraria desearía que fuera, como a fines del siglo XIX y principios del XX. Y aunque todavía no se ha escuchado, la lógica consecuencia del lobby rural es la consigna contra “la industria ineficiente”. En esta puja intercapitalista transcurrió la historia argentina del siglo XX. Teniendo como corolario inevitable la reprimarización de la economía, la coalición sojera apunta a una reformulación de la estructura productiva que daría empleo sólo a un tercio de la fuerza de trabajo. El intento de equilibrio entre las fracciones capitalistas y entre ellas y las clases subalternas, asegurado por el crecimiento económico, llegó a su fin. No se rompió por achicamiento de mercado o recesión, sino al revés, por crisis de abundancia, por exceso de ingresos de una de las fracciones que, gracias a su alta productividad, puede retener con éxito la renta internacional generada localmente. La burguesía agraria no posee la fuerza social y estratégica que en tiempos pasados le dio un poder de desempate político esencial, cuando de ella dependía en exclusiva el ingreso de divisas en una economía cerrada. Por eso tampoco pudo arrastrar a otras fracciones del gran capital industrial o de servicios, pero retiene un poder, ahora acrecentado por el mercado internacional, de condicionar los ingresos, la política fiscal e incluso el patrón de producción basado en las “ventajas comparativas” del suelo pampeano. En el debate Rodríguez Saa leyó, igual que Reuteman, una frase de Perón del año 73 en relación a los alimentos: “Nosotros somos los ricos del futuro”. Esa fuerza social introdujo una brecha profunda en las clases urbanas, donde el patrón de consumo de las clases medias y altas imita al de países centrales y la acumulación de renta es considerada fruto del éxito individual que reclama derecho soberano sobre cualquier otra consideración. El tópico liberal exhibido en la revuelta sojera, es el fruto de una derrota ideológica y política que los moderados cambios, ni siquiera reformistas, operados desde el 2001 no han podido modificar y que tiene sus consecuencias en un estado incapaz de ejecutar políticas públicas efectivas, desmanteladas desde hace mucho por la lógica del gobierno de la tecnocracia “neutra”, sin ideología y de “gestión”.

La ciudad de la soja

En la República, Platón habla de tres ciudades o constituciones políticas. En el tipo oligárquico, donde domina un selecto grupo de ricos, los deseos son absorbidos en la pasión exclusiva de las riquezas, domina allí el espíritu de codicia y avaricia. La pasión se duplica entre el odio de los ricos contra los pobres y viceversa. Los ricos no sólo honran la riqueza a la que se consagran plenamente sino que manifiestan con respecto a los pobres un sentimiento de rechazo. “Alaban al rico, desprecian al pobre”. A una estructura social desigual corresponde una estructura de las pasiones que la refuerza. La ruindad, el apetito desenfrenado, los peores instintos de apropiación se conectan con ciertas formas sociales. Platón enfoca la psicología de los ciudadanos a imagen de la morfología de la ciudad. Freud, Marx, Elías entre muchos, retomarán esta reflexión. El “régimen afectivo” que supimos conseguir es consecuencia de un largo proceso de mercantilización de todos los espacios de la vida. Se han privatizado no sólo los recursos naturales sino el seguro de retiro, la salud y segmentos crecientes de la educación. El sistema impositivo regresivo que nos gobierna refuerza las desigualdades y, en el país de las vacas y el trigo, segmentos de la población pasan hambre. La naturalización de la indigencia y la pobreza, el hambre y la desnutrición infantil en un país donde se consume con furor desde hace cinco años legitima la codicia sojera y vuelve sentido común el eslogan “dejen en paz al campo”. El piquete y el corte de ruta, expropiado al saber de las luchas populares, se volvió un método genuino para que los “nuevos ricos” despotriquen contra la “expropiación fiscal” a la que consideran tan “comunista” como en décadas pasadas lo era el “impuesto a la renta presunta” .

El chacarero que tienen 200 hectáreas en Santa Fe o Buenos Aires, corazón de la protesta, y que obtienen una rentabilidad neta luego de las retenciones superior a los 260 mil pesos por campaña, exige que el estado no intervenga en la fijación de precios, abrazado a la posibilidad de legar una fortuna a su prole y aprovechar una oportunidad de excepción. El gringo exige que el estado saque sus manos del oro verde y cuando oye hablar de impuestos monta en cólera y se mofa de las “sanguijuelas” de la administración pública de una manera que recuerda al farmer norteamericano del medio oeste denunciando al “privilegiado y afeminado Departamento de Estado” que mora entre lujos en Washington DC. El gaucho local apela a la tradición populista. El arquetipo no es Llambías ni Buzzi sino De Angelis, con el que las clases medias y altas de los centros urbanos que cacerolearon en Recoleta, Palermo y Vicente López, pueden sentirse parte del pueblo: “si este no es el pueblo, el pueblo donde está”. Ellos son un componente fundamental de la revuelta de los satisfechos, de los más beneficiados por las políticas kirchneristas. La argentina conservadora toma y tomará banderas populares, lenguajes corrientes y hará culto del sentido común, como lo hacen las clases dominantes en todas partes desde que la sociedad de masas exige que se gobierne no sólo con la fuerza sino también con legitimidad. Algunos segmentos progresistas identificaron por eso mismo los cortes de lucha con puebladas populares, a las que añadían el ejercicio de la “democracia directa”, confundiendo la forma asamblearia con el contenido reaccionario del propósito de la protesta.

Opciones

En Venezuela, una clase media enriquecida con el alza del precio del petróleo no ha dejado de golpear rudamente al gobierno de Chávez, a pesar de los gestos y medidas que el gobierno bolivariano ha tomado para desactivar esa furia opositora. Nada ha resultado. Aun así, en el país caribeño el gobierno posee en su haber una fuerza social movilizada y activa que le ha dado sustento frente a una derecha que lo intentó de todo, desde el golpe hasta la intervención electoral para desalojar un gobierno que no es el suyo y que siente ocupado por plebeyos peligrosos. En esa dinámica Venezuela y también Bolivia se han visto empujados, en mayor o menor medida, a recortar los derechos de las clases propietarias y a desvincular sus compromisos con fracciones enteras de las clases dominantes. Nada de eso ocurre hoy en nuestro país, a pesar de que se ha querido asociar a los Kirchner con aquel proceso. A su vez, proyectos como el tren bala o la destrucción del Indec empujaron a sectores progresistas al campo de la derecha, que es la que capitaliza semejantes desatinos y la artífice de la derrota gubernamental.

Para desmontar la Constitución socio-política neoliberal de la “ciudad de la soja” hace falta mucho más que retenciones móviles. En los hechos el modelo que lo puso en pie no estuvo, durante los 120 días de conflicto, en discusión. Se han comenzado a reclamar la eliminación del IVA a la canasta básica de alimentos e impuestos progresivos a las ganancias como primer demanda inmediata, urgente, además de subsidios universales para eliminar la pobreza y la recuperación de los recursos naturales, así como la revisión completa de la explotación minera y la aplicación de tributos a las ganancias y transacciones financieras. Queda pendiente también la orientación estratégica de la industria, los servicios y la agricultura.

El triunfo de la coalición verde dólar sólo hará más viva y crispada la polarización. Después de semejante triunfo irán por más, mientras la oposición partidaria se preparará para arrebatarle al oficialismo en las elecciones legislativas del próximo año, la tenue mayoría parlamentaria. Para afrontar las pasiones políticas que desató la más amplia y dinámica pueblada de la derecha económica y política, de una envergadura sin precedentes y consecuencias aún incalculables, se requiere de medidas radicales y efectivas que puedan hacerle frente y sean capaces de activar el apoyo popular. La administración actual parece obstinada en su política de alianza con las fracciones de la burguesía industrial y en cobijarse en el seno del aparato del PJ. La lucha de clases aparece de la forma más insólita, intrincada y laberíntica posible, mofándose de todos los esquemas que teníamos previamente.

El equilibrio exitoso entre fracciones de la clase dominante y de ellas con las clases populares, incluidas ciertas concesiones democráticas y expansión del empleo, se logró en base a una economía en crecimiento y una base de poder reconstruida con epicentro en el PJ. La crisis política rompió ese equilibrio, que afectará al sistema político y a la estabilidad gubernamental a pesar de que la bonanza económica le deja márgenes todavía generosos.

El gobierno argentino debe profundizar su compromiso con el pueblo si no quiere perecer a manos de los oligarcas y su jauría mediática

Para enfrentar consecuentemente a la derecha se requiere la activación política de masas, que sólo puede conseguirse mediante la ejecución de medidas de carácter popular, redistributivas y democráticas de fondo, algo que hasta el momento el gobierno no ha abordado. Algunos balances ya hablan de la “idiosincrasia derechista del pueblo argentino” sin reparar en que el gobierno ha sido incapaz de generar una identificación entre las masas populares porque nunca abordó una agenda social que rozara siquiera los logros del peronismo clásico. En todo caso las organizaciones populares, los sindicatos y movimientos sociales deben conservar su plena autonomía, no asistir pasivos a la impotencia oficial y no esperar de brazos cruzados el retorno triunfal de las fuerzas reaccionarias en ascenso. Políticas sociales, energéticas y de transporte ferroviario, de empleo, salario, creación de vivienda y obra pública entre otras medidas deben ser los ejes de una agenda democrática y anticapitalista a enarbolar frente a los agoreros del libre mercado.

La crisis agitó como hace mucho no veíamos las pasiones políticas dormidas en un soporífero fin de las ideologías y una narcotizante administración de las cosas por una tecnocracia eficiente. Los movimientos sociales fueron los grandes actores de las luchas de resistencia del período previo, aunque la carencia de proyecto político disipó parte de sus fuerzas, repartidas entre una participación subordinada en el gobierno de Kirchner y un intento de autonomía que no pocas veces pagó con aislamiento e incluso pérdida del sentido de realidad. La crisis actual ¿permitirá que las pasiones políticas alimenten también un proyecto político autónomo, popular, anti-capitalista y de izquierda que parta de la situación política concreta, que pise el suelo seguro de la lucha que se debate hoy en día, para proyectar desde allí una alternativa superadora del tibio neodesarrolismo oficial y darle cauce y capacidad de poder a las aspiraciones populares y a un proyecto realmente transformador? Ese será el desafío del próximo período.


Jorge Sanmartino es integrante de Economistas de Izquierda (EDI), de la Asociación Gramsciana y de la Corriente Praxis.

domingo, 13 de julio de 2008

La vieja, rancia y podrida oligarquía argentina vuelve a las andadas como en el ´76


El ministro de economía de la dictadura argentina y miembro de la SRA, José Alfredo Martínez de Hoz, junto al genocida tragaostias, el general Jorge Rafael Videla (De iquierda a dercha)
En estos últimos cuatro meses la patronal rural argentina, ataca con toda la virulencia al gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, con piquetes, cortes de ruta, desabastecimiento de alimentos, actos vandálicos, guerra psicológica y movilizaciones. En el fondo se trata sólo de una cuestión de dinero y poder para la casta rural. Han movilizado a todo los medios masivos de comunicación contra un gobierno que pretende redistribuir tibiamente la riqueza. Pero sólo esto se ha tornado intolerable para la Sociedad Rural Argentina, gremio que apoyó la dictadura genocida argentina entre los años 1976 a 1983. La solicitada publicada en Argentina en el año 1977 (ver documento La Sociedad Rural Argentina al País), refleja el pensamiento de esta clase, que no ha variado un ápice a la fecha de hoy. Nuevamente vemos embates desestabilizadores sobre la frágil democracia argentina.
En el contexto regional latinoamericano podemos apreciar igualmente como se baten las oligarquías con los representantes de pueblos que intentan responder a las expetativas de los ciudadanos. En Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela se libran batallas de este tipo, donde las oligarquías nativas siempre cuentan con el inestimable apoyo y soporte de Washington.



A continuación el texto trascripto publicado en Buenos Aires el 24 de marzo de 1977 por la Sociedad Rural Argentina, con motivo de "celebrar" el aniversario del golpe militar, donde la SRA insta a los dictadores a profundizar el proyecto:

"La Sociedad Rural Argentina (SRA) al País. En el primer aniversario del gobierno de las Fuerzas Armadas (FFAA).

Hoy hace una año que el país se debatía en la más profunda crisis por la que ha atravesado su historia.

La corrupción, la falta de autoridad, el desgobierno, el crimen como medio político, eran caracteres dominantes de la situación. En lo económico, la inflación descontrolada y el desorden fiscal eran insostenibles. Se estaba al borde de la cesasión de pagos; en suma, el país se desintegraba.
En esos momentos todos estábamos dispuestos a dar cualquier cosa por tener garantías mínimas de vida y de bienes, por volver a respirar aire puro.

Fue en tan graves circunstancias que las Fuerzas Armadas tomaron las riendas del país con patriótico empeño, para evitar la desarticulación total. Su advenimiento al gobierno fue apoyado por todos. En aquel momento nadie medianamente informado creyó en la posibilidad de revertir la situción en un plazo breve.

Un año después, luego de una ardua labor, varios e importantes son los logros materializados. Quizás mayores aun de lo que nos puedan parecer sin la suficiente perspectiva.

La guerrilla apátrida y brutal, amparada en buena medida por las anteriores autoridades, ha sufrido rudos golpes y está en franca retirada. Ahora se dedica desde el exterior a atacar al país, através de la prensa izquierdista, cínicamente abusando de la calificación de derechos humanos, que ellos jamás quisieron respetar.

Sin embargo queda mucho por hacer. Es indispensable reforzar el proceso dándole otro ritmo, lograr definiciones y tomar decisiones que hacen al fondo del mismo y que son necesarias para proyectar a la Nación hacia su modernización, conforme al plan económico inicialmente enunciado.

En efecto, debemos desarmar el andamiaje creado por casi 35 años de una lenta pero sistemática estatización socializante, que en definitiva ha demostrado su fracaso, al empobrecernos a todos, y al no haber dado los frutos que algunos sectores ansiosos, confundidos o equivocados, esperaban de su aplicación.

Este proceso requiere el apoyo y sacrificio de todos los sectores, sacrificios que deben hacer no sólo los empresarios y los obreros, sino especialmente el Estado, dando el ejemplo a través del reordenamiento presupuestario, que ya ha comenzado, la liquidación de las empresas estatales y el redimensionamiento de la burocracia.

Ahora no debe dominarnos la impaciencia. Volvamos nuestra memoria al 24 de marzo de 1976 y comparemos la actual situación con aquella, recordemos etapas similares y veremos que las experiencias pasadas nos indican la inconveniencia de actitudes demagógicas, de aperturas políticas prematuras, que pueden entorpecer o demorar una efectiva recuperación del país en todos los órdenes.

La Sociedad Rural Argentina reitera frente a los productores y la ciudadanía en general su apoyo a toda acción que signifique completar el proceso iniciado el 24 de marzo de 1976, para poder lograr así los fines propuestos, que en definitiva son los grandes objetivos nacionales."


Un grafiti en la calles argentinas refleja sentimiento antioligárquico y popular en estos días




martes, 27 de mayo de 2008

Latinoamérica: luego de doscientos años de su emancipación, la lucha continúa

Entrevista a Ignacio Ramonet y Amadou Ndoye *
Por Redsur





Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique en español


- Redsur: ¿Qué nuevas perspectivas abre para el cono sur americano el triunfo electoral del ex obispo Lugo en Paraguay, quien parece sumarse a los gobiernos postneoliberales que ahora protagonizan la región?
- Ignacio Ramonet: El resultado electoral de Paraguay con el triunfo de Fernando Lugo, que toma posesión el 15 de agosto, confirma una tendencia que viene existiendo en América Latina desde hace diez años. Recordemos que la primera elección del presidente Chávez fue en noviembre de 1998, la toma de posesión fue en febrero del 99. Desde entonces ha habido elecciones en Brasil, con la victoria de Lula, que además ha sido reelegido; elecciones en Uruguay con la victoria de Tabaré Vásquez; elecciones en Argentina con el triunfo de los Kirchner, podemos decir; elecciones en Bolivia con la victoria de Morales; Ecuador con la victoria de Correa; elecciones en Nicaragua con la victoria de Daniel Ortega. Hoy día podríamos decir hasta Perú, donde oficialmente Alan García es miembro de la Internacional Socialista, aunque evidentemente se puede poner en duda el carácter socialista de la política neoliberal que aplica el gobierno peruano en este momento; y está Chile que tiene también esta característica de estar gobernado por una coalición donde están presentes los socialistas. Esto confirma primero el carácter democrático de los nuevos gobiernos en América Latina, son todos resultados de elecciones, a veces en circunstancias difíciles, aunque se habla de la posibilidad de fraude, pero en definitiva hay un reconocimiento de los resultados, en todo caso en esta parte del continente latinoamericano. Ha habido una contestación más seria sobre el resultado en México.
Por otra parte son elegidos candidatos que tienen un programa relativamente audaz de cambios sociales, de reformas sociales, de redistribución de la riqueza nacional. Son candidatos o candidatas apoyados por las clases más populares, esta característica se confirma con la elección de Fernando Lugo en Paraguay. Esto implica que en América Latina hay un deseo de que se pase a una fase nueva, en la que no sólo la democracia esté consolidada, y no sólo el crecimiento económico se vea consolidado, sino que también el resultado de ese crecimiento sea mejor repartido. Vemos que esas son características comunes a todas las experiencias que se están llevando a cabo.
- Amadou Ndoye: Seguimos lo que ha pasado con Paraguay con mucha simpatía, porque nuestra situación recuerda mucho a lo que pasa en América Latina. Los problemas sociales y volver a adueñarse de las riquezas que en realidad hasta ahora no pertenecen a los pueblos (son aspectos comunes entre África y Latinoamérica).
Cuando Evo Morales fue electo, estuvo en París y dijo algo que llamó mucho la atención en Senegal, “ahora no queremos empresas dueñas, queremos empresas socias”, en todo el continente estamos muy atentos como estos nuevos gobiernos se las van a arreglar para recuperar sus riquezas, que es el problemas principal de los países como los nuestros. Seguiremos con atención como se las arreglará Lugo con sus vecinos, por ejemplo con Brasil el tema de la energía hidroeléctrica donde Lugo quiere renegociar el acuerdo por el que vende energía a Brasil y conseguir un precio más justo.
- RS: El presidente Chávez ha advertido que sectores del gobierno colombiano buscan una guerra con Venezuela, y que este escenario sería ideal para conseguir una intervención militar por parte de Estados Unidos en Venezuela ¿Cómo evalúa esta declaración?
- IR: Es evidente que en todo este contexto, Colombia es un poco una excepción. Porque ahí se mantiene un gobierno que no tiene las características que antes mencioné. Y que por otra parte es una gran aliado de EEUU, en particular en la guerra que existe en Colombia, una de las más antiguas, tiene 60 años. Esa alianza con EEUU y el conflicto interno que probablemente no tiene solución militar (se necesita tener el coraje político de admitir que hay que ir hacia la negociación política); este contexto efectivamente puede permitir que ocurran algunos excesos, como el que hemos visto recientemente con el ataque de las fuerzas colombianas al territorio de Ecuador (esta entrevista fue días antes de que tropas colombianas incursionaran ilegalmente en territorio venezolano). Un ataque de ese tipo se puede producir a Venezuela y claro está EEUU puede encontrar allí un pretexto para una intervención. Obviamente no es un guión que se va a producir fatalmente, pero no se puede excluir que se pueda producir. Por eso hay que avanzar hacia una negociación, pero la posibilidad de negociación desgraciadamente (se frustró con) este ataque colombiano y en particular con la muerte de Raúl Reyes (ex número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC). Este hecho complica las perspectivas de una negociación política, que debería conducir a la liberación tanto de los rehenes como de los prisioneros miembros de la guerrilla que existen en las cárceles colombianas.
- RS: Respecto del ataque de Colombia sobre territorio ecuatoriano, el presidente de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que no eran responsables ni Ecuador ni Colombia sino que las FARC son los culpables.
- IR: Es una posición que se puede comprender en España, donde por principio en la medida que tiene un problema de terrorismo grave desde hace mucho tiempo, la ETA, la posición de las autoridades españolas es de estar siempre en contra de que cualquier organización que practica la lucha armada para oponerse a algún punto de vista político. Pero no refleja evidentemente el fondo del problema.

- RS: La situación en Bolivia se presenta muy complicada. Hay condiciones que encaminan al país andino a una guerra civil. Existen acusaciones desde el gobierno boliviano a la embajada de EEUU y su embajador Philip Goldberg, quien antes estuvo destinado en Kosovo, de fomentar el racismo y el separatismo, con el objetivo de crear una república independiente (República Camba) que se quedaría con el grueso del petróleo y el gas boliviano.
- IR: Creo que el presidente Morales tiene muchos argumentos, cuando acusa a algunas oficinas norteamericanas de estar sembrando elementos que tienen el objetivo de debilitar al poder central, y de favorecer el secesionismo de los departamentos más ricos y curiosamente étnicamente menos indígenas de Bolivia. En parte es el efecto Kosovo, contrariamente al Derecho Internacional y lo que estipula Naciones Unidas, finalmente se ha reconocido la independencia unilateral de Kosovo; esto da pie a que en otros lugares, como en Georgia, se activen los separatismos de Abjasia y Osetia del Sur, y de igual manera podemos ver como esos elementos están siendo utilizados contra el poder central boliviano. Creo que la respuesta política de Morales, de proponer el referéndum revocatorio, es muy atrevida, original y desde el punto de vista democrático incuestionable. Vuelve a poner en juego su mandato, pero a la vez exige que los gobernadores de esos departamentos pongan en juego su mandato. Es una respuesta original, es una manera de decir dejemos a la democracia jugar el juego a escala nacional y no sólo de un departamento.
Me interesa lo que el profesor Ndoye tiene para decir sobre el secesionismo de Santa Cruz en Bolivia, porque Senegal ha sufrido también el problema del separatismo en Casamance.
- AN: Me trae unos malos recuerdos (ríe). Hace pensar en el ejemplo de Panamá cuando se la incentivó por debajo a que se separara de Colombia para poder construir el canal. Se utiliza cualquier medio que esté al alcance del fuerte para debilitar a alguien que quiere construir esquemas nuevos y estamos deseando que el señor Evo Morales supere esta prueba que ha despertado mucho interés y esperanza entre nosotros porque está buscando caminos nuevos. Sabemos algo de separatismo porque en Senegal ha habido esta alternativa con la zona de más fertilidad agrícola, donde hay más agua, la zona más verde del país.
- RS: Fernando Gualdoni publicó una nota en el periódico español El País, el martes 13 de mayo, donde dice que la Argentina está en un pozo y más aislada que nunca, debido a la asociación política y económica que tiene con Venezuela, lo que aparejó distanciarse de la alianza construida por Menem-De la Rua con EEUU...
- IR: He leído ese texto y me parece muy poco interesante. Es una lectura mediocre de la Argentina. La Argentina sigue teniendo lazos con todos los países de latinoamericanos, tiene que ver con lo está pasando en América Latina. Tiene excelentes relaciones con Brasil, Venezuela, Paraguay, Uruguay, Ecuador... puede haber aquí o allá tensiones, en particular con Uruguay obviamente. En fin son tensiones que obligatoriamente serán sobrepasadas. Esto no significa un aislamiento. El argumento de ese artículo decía que la relación con Venezuela era la causa de este aislamiento, pero tampoco Venezuela está aislada, tiene relaciones con Latinoamérica, África, Oriente Próximo, Asia y Europa. Es una visión muy parcial del problema.
- RS: América Latina vive una coyuntura inédita en su historia, ha dado pasos de gigantes en lo que se refiere a integración regional ¿Comparten esta visión?
- IR: Creo que está viviendo el mejor momento de su historia. Para la integración se podría discutir, quizás el momento es propicio para que se pase a una nueva etapa de integración. Pero es la única zona del mundo, hoy día, donde todos los indicadores económicos, sociales y hasta políticos son positivos. Es una región donde sólo queda el conflicto de Colombia y en este momento hay un gran interés internacional por resolverlo. Es una región donde la democracia se ha consolidado. Es una región en paz, en casi todas partes. Es una región con un crecimiento medio de 5 ó 6 % a escala continental, y algunos países con cifras muy elevadas como Venezuela de 10 u 11%. Es una región donde la pobreza está disminuyendo masivamente, el caso de Brasil, Venezuela, Bolivia, etc. Es por consiguiente positivo en el plano democrático, en crecimiento económico y en el plano de la conflictividad. Esta situación América Latina no la ha conocido en los últimos dos siglos desde su independencia. Si comparamos con lo que era hace 20 años, 50 años, 100 años, en la época de los caudillos bárbaros, es evidente que América Latina está viviendo en este momento su edad de oro.
- AN: Yo matizaría un poco. La situación social es muy difícil para la mayoría, doscientos veinte millones de latinoamericanos viven una situación social muy difícil. Pero creo que puede haber esperanza en la medida que se registra pleno auge de los movimientos sociales. Cuando los mismos pueblos tienen derecho a la palabra, se les abren espacios que doscientos años después de la independencia, quizás ahora se encuentren vías para materializar los anhelos populares.

*Ignacio Ramonet, intelectual español residente en Francia. Doctor en Semiología e Historia de la Cultura por la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) (Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales, París) y catedrático de Teoría de la Comunicación en la Universidad Denis-Diderot (París-VII). Especialista en geopolítica y estrategia internacional y consultor de la ONU, actualmente imparte clases en la Sorbona de París. Desde 1999 preside y dirige la publicación mensual Le Monde Diplomatique en español.
El Hadji Amadou Ndoye, es profesor de Lengua y Literatura Española en la Facultad de Letras de la Universidad de Dakar.

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