martes, 14 de abril de 2009

Patria, Socialismo o Muerte


Encuentro de los libertadores de Nuestra América, Bolivar y San Martín, en julio de 1822 en Guayaquil

Liberación o Dependencia

Patria o Muerte fue el dilema que enfrentó el pueblo venezolano el 13 de abril de 2002

Por JLF

Redsur

La importancia histórica de los hechos de abril de 2002 trascienden largamente los límites geográficos de Venezuela. Así lo señaló el presidente Chávez en su discurso en el día de la Dignidad Nacional, el 13 de abril de 2009. Recuerdo aquellos días, era entonces un estudiante de la carrera de Maestría en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Litoral de Argentina, becado en el departamento de Estudios Jurídicos del Estado de la Universidad de Alicante, España. En aquel momento no sabía mucho sobre Venezuela, pero me llamó la atención que se hiciera uso de un golpe militar para derrocar un gobierno democrático. Los gobiernos de facto parecían haberse enterrado con el siglo XX en Latinoamérica, sin embargo en Venezuela, el 11de abril de 2002, estaba ejecutándose un engendro oligárquico de gobierno de facto. Como suele ocurrir en estos casos, la confusión dominaba la escena, se registraban imágenes de civiles heridos y muertos de bala en los alrededores del palacio de gobierno, Miraflores. El presidente Chávez sería el responsable de la matanza de civiles indefensos, fue los que transmitieron después del golpe los medios comerciales y el propio vocero del gobierno de Estados Unidos, Ari Fleischer, ratificó desde Washington en rueda de prensa, avalando así el golpe. Fue suficiente este montaje para justificar ante el mundo el derrocamiento de un gobierno legítimo. El gobierno español presidido por José María Aznar, se apresuró a apoyar la “tansición” hacia la democracia en Venezuela, eufemismo con el que apoyó al gobierno impuesto por la oligarquía venezolana.

Hasta aquí todo se iba dando según el manual del golpe, con gran protagonismo de los medios privados de comunicación, arietes y coprotagonistas del golpe contra la democracia venezolana. Sin embargo un cúmulo de acciones individuales y colectivas, la interacción de subjetividades y la consecuente movilización popular, parieron el 13 de abril de 2002. La sublevación popular frente al gobierno de facto presidido por el empresario Pedro Carmona Estanga, estalló ese 13 de abril. Y a pesar de la represión desatada por los golpistas y la manipulación comunicacional, no alcanzó para detener una verdadera avalancha popular histórica que arrasó cual tsunami las pretensiones de los oligarcas y los imperialistas. Muchos militares defendieron también el gobierno constitucional como el General Jorge Luis García Carneiro, comandante de la Tercera Div. de Infantería, y los que permanecían indecisos al comprobar semejante demostración de apoyo popular al ciudadano presidente, Hugo Chávez, terminaron dando su respaldo a la democracia. Los golpistas no podían creer lo que acontecía; el plan elaborado y coordinado por los oligarcas, el omnipotente imperio estadounidense, la jerarquía católica y los medios privados de comunicación faracasaba estrepitosamente.

Aquellos días de abril cambiaron para siempre no sólo a Venezuela, sino a todos quienes fuimos testigos de los acontecimientos desde distintos lugares del mundo. En efecto, en aquella jugada de ajedrez imperial todos vimos como triunfaba el pueblo venezolano. Y así se abrió un brecha, una senda a otros éxitos populares en Latinoamérica, tales como en Bolivia, Ecuador, Nicargua, El Salvador, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile. No queda hoy sociedad en Nuestra América que no haya sido afectada positivamente por el influjo revolucionario de Venezuela, desatado el 13 de abril de 2002. Esos cambios son los que nos permiten vaticinar una segunda y definitiva independencia, justo cuando se cumple el bicentenario de la independencia formal de los países latinoamericanos. Como me dijo el poeta antifascista español, Marcos Ana, cuando se refería al actual momento que vive Latinoamérica: “... creo que es algo que tiene una gran fuerza. Es una marcha que se está produciendo a ritmos diferentes, no es igual lo de Venezuela que lo de Brasil por ejemplo. Hay ritmos distintos pero una dirección única, hacia una verdadera independencia” y sin duda el bravo pueblo venezolano tiene mucho que ver en esto.

El 13 de abril de 2002, fecha pletórica de connotaciones patrióticas y revolucionarias, se abrió la puerta al Socialismo del Siglo XXI y a la definitiva independencia de Venezuela y Nuestra América.



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