miércoles, 19 de septiembre de 2007

"Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba"

En un documento desclasificado en el año 1991, se conoció que el 6 de abril de 1960, un año antes de la invasión organizada por los EE.UU. contra Cuba, el entonces Subsecretario de Estado Adjunto para los Asuntos Interamericanos, Sr. Lester Dewitt Mallory, escribió lo siguiente en un memorando discutido en una reunión encabezada por el Presidente de Estados Unidos: “No existe una oposición política efectiva en Cuba; por tanto, el único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución, es a través del desencanto y el desaliento, basados en la insatisfacción y las dificultades económicas. Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros a Cuba, para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.

Todavía hoy, 47 años después de haber sido escrita esa sentencia, la política de la Administración norteamericana continúa siendo dirigida a “causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno” en Cuba, con el propósito de hacer regresar a nuestro país a la situación neocolonial en la que lo mantuvo durante más de medio siglo.

Bajo esa política nacieron y han vivido las dos terceras partes de la población cubana. Los cubanos han tenido que padecer, sobrevivir y desarrollarse en las particularmente difíciles condiciones que le impone la única superpotencia, que busca el aniquilamiento de la resistencia y el ejemplo de dignidad y soberanía de la nación cubana.

Tras la aprobación de la última resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas pidiendo el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, adoptada por una abrumadora mayoría de votos de los Estados miembros el 8 de noviembre del 2006, y a pesar de la existencia de otras catorce resoluciones anteriores que incluyen esa justa reivindicación, el Gobierno de los Estados Unidos ha recrudecido sus acciones contra el pueblo cubano.

A contrapelo de la voluntad expresa de la comunidad internacional, las autoridades de Washington han adoptado nuevas sanciones económicas; han recrudecido la persecución a la actividad de las empresas y las transacciones financieras internacionales de Cuba, incluidas aquellas destinadas a realizar pagos a los organismos de las Naciones Unidas; han robado otras marcas comerciales y nuevas cifras millonarias de los fondos cubanos congelados en los EE.UU.; han adoptado mayores

represalias contra los que comercian con la Isla o se vinculan con ella a partir de intercambios de naturaleza cultural o turística; han aplicado mayores presiones sobre sus aliados para obligarlos a subordinar las relaciones con Cuba a los propósitos de “cambio de régimen” que sirven de guía a la política de hostilidad de EE.UU.; y han impuesto una escalada sin precedentes en el apoyo financiero y material a las acciones dirigidas al derrocamiento del orden constitucional cubano.

Todo lo anterior ha sido facilitado por la estricta aplicación del Plan del Presidente Bush para la recolonización de Cuba y de las medidas contenidas en su actualización del 10 de julio del 2006, en la que se incluye un acápite secreto de acciones encubiertas.

Con el objetivo de propiciar la internacionalización de su ilegal política anticubana, el pretendido pro-cónsul estadounidense para la recolonización de Cuba, el Sr. Caleb McCarry, ha estado cabildeando intensamente en varias capitales en busca de apoyo para la internacionalización del bloqueo contra nuestro país.

Asimismo, el gobierno norteamericano ha intensificado sus intentos de fomentar la subversión en Cuba con aquellos dispuestos a vender sus servicios a cambio de una parte de los más de 80 millones de USD aprobados en Washington para tales fines.

El objetivo último no es otro que privar al pueblo cubano de su soberanía y del ejercicio de su derecho a la libre determinación.

La guerra económica ha sido una constante en la política de Estados Unidos hacia Cuba por casi cinco décadas. Sin embargo, ninguna otra Administración ha llegado a los extremos demenciales de agresividad de la Administración del Presidente George W. Bush.

En los capítulos del presente Informe, se sintetizan las afectaciones registradas como consecuencia del bloqueo en el período comprendido entre el segundo semestre del año 2006 y el primero del 2007, se destacan las acciones emprendidas por el Gobierno de los EE.UU. con el objetivo de recrudecer esa política genocida y se identifican algunos casos que corroboran la profundización de su dimensión extraterritorial.

Como Cuba ha denunciado y demostrado en múltiples foros, el bloqueo de los EE.UU. califica como un acto de genocidio, en virtud del inciso (c) del artículo II de la Convención de Ginebra para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, de 1948 y, un acto de guerra económica, de acuerdo a lo establecido en la Conferencia Naval de Londres de 1909.

A lo anterior se suma el terrorismo de Estado, desarrollado de forma sistemática e inhumana por parte del gobierno de los EE.UU. contra la población cubana como parte integrante de esta política de hostilidad, bloqueo y agresión, y que ha costado al pueblo cubano más de 3,000 vidas. (Saber más...)



1 comentario:

Anónimo dijo...

excelente video esclarecedor de la situación cubana
ADELANTE REDSUR!!!!!


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