viernes, 28 de octubre de 2011

Efecto Bouazizi

"¡El hombre ha nacido para la felicidad y la libertad y en todas partes es esclavo e infeliz! ¡La sociedad tiene como fin la conservación de sus derechos y la perfección de su ser; y por todas partes lo degrada y lo oprime! ¡Ha llegado el tiempo de recordarle su verdadero destino!"

Maximilien Robespierre, 10 de mayo de 1793


Mohamed Bouazizi se quema a lo bonzo


Por JLF,

editor del blog

PRIMAVERA ÁRABE

La chispa que encendió la "primavera árabe" y que luego se propagó por el mundo, surgió en Sidi Bouzid, una ciudad tranquila a 280 km de Túnez. Allí un joven informático desempleado que vendía verduras para ganarse la vida, Mohamed Bouazizi, el 17 de diciembre del año 2010 decidió quemarse a lo bonzo. Sin dudas tendría un cúmulo de motivos para ejercitar una protesta tan radical. Pero la gota que rebalsó el vaso de Bouazizi se originó en la incautación de su carro, con el que vendía fruta y se ganaba la vida, pero no tenía licencia para comerciar!! En ese acto administrativo una inspectora municipal le dio una cachetada y otros le escupieron, este abuso de autoridad, sumado a las humillaciones y exigencias de pagos ilegales para permitirle trabajar, la pérdida de dignidad y la desesperación ..... condujeron a Mohamed Bouazizi, hasta entonces completamente anónimo para el mundo, a quemarse a lo bonzo. Desde entonces esa chispa se transformó en fogonazo, ardió en Magreb como pastizal seco. Ese fuego revolucionario devoró Túnez y Egipto en pocas semanas. Se trata de movimientos de ciudadanos que pacíficamente han dicho: ¡ya basta!, queremos democracia, libertad, vivir bien, ser tratados como humanos y vivir sin temor. En Yemen la ciudadanía combate aún al tirano Alí Abdullah Saleh, quien lleva 32 años en el poder, y es estrecho aliado de Washington. También la monarquía de Baréin enfrenta levantamientos populares espontáneos y reprimidos con ayuda de los militares de la tiranía saudí. En Jordania y Marruecos ciudadanos indignados también exteriorizan sus reclamos a sus gobernantes. En Jordania el rey Abdalá II, supo moverse rápido, hacer renunciar a varios ministros e implementar cambios que aplacaron aparentemente los reclamos populares. La lucha continúa, en particular en Marruecos. El rey Mohamed VI, goza del aval de Occidente, de la complicidad de los medios de prensa internacionales que no hacen mucho eco de las protestas y de la represión. Y también una cierta habilidad del monarca para flexibilizar posturas, maquillar situaciones, llamar a elecciones parlamentarias y hacer otros cambios cosméticos que conjugados con grandes dosis de represión pretenden ahogar los nuevos aires de la llamada primavera árabe en su reino.

Utilización de la primavera árabe persiguiendo intereses imperiales

Estos movimientos liberadores no son equiparables al del heterogéneo grupo hombres armados que con el interesado soporte militar de la OTAN, y de toda una estructura mediática y financiera, lograron derrocar y asesinar al líder libio, Moammar al Gaddafi. El Consejo Nacional de Transición libio (CNT), no fue algo espontáneo o improvisado como lo que ocurrió en Túnez primero y Egipto después.

El caso sirio se parece más al de Libia. Allí Washington y la Unión Europea (OTAN) através de mercenarios han generado caos y muerte, e intentan cargar al gobierno del presidente Bashar al Assad con la responsabilidad de los muertos para justificar una intervención que derive en un cambio de régimen. Afortunadamente Rusia y China aplicaron su poder de veto cuando los occidentales intentaron aplicar sanciones a Siria vía Consejo de Seguridad de la ONU. China y Rusia no quieren ver repetirse la fórmula Libia de cambio de régimen. Es así como las potencias atlantistas intentan aprovechar estos movimientos sociales que reclaman legítimos cambios sociales y políticos, para generar o promover inestabilidad a los gobiernos de la región que no se cuadran con las políticas imperiales.

INDIGANDOS

Algunos piensan en ciber revolución cuando hablan de indignados por la importancia de las redes sociales en la organización de las protestas y acampadas

. Pero la indignación no la creó Facebook o Tweeter, sino las condiciones sociales, económicas y políticas del presente que han determinado esta protesta globalizada, y que son resultado de largos procesos sociales.

Mientras estas revoluciones cívicas y pacíficas se dieron en el mundo árabe, los medios de comunicación occidentales hablaron maravillas del espíritu democrático del pueblo levantándose contra los tiranos. Pero desde mayo del año 2011, inspirados en la plaza Tahrir de El Cairo, en la plazas españolas de Catalunya en Barcelona y Puerta del Sol de Madrid se iniciaron reclamos no muy diferentes a los de los egipcios: democracia real, justicia social, rechazo a la especulación inmobiliaria y garantía de acceso a la vivienda, rechazo a socializar las pérdidas y deudas de los banqueros. El espíritu de lo que algunos llamaron #spanish revolution y otros movimiento 15- M (por ser el punto de partida el 15 de mayo de 2011 de la primera gran concentración que terminó en acampada en Sol), se canalizó por fuera de los partidos políticos tradicionales y de los sindicatos. La corrupción capitalista ha comprado a los sindicatos y a ha creado un bipartidismo, que en la práctica son dos caras de una misma moneda. El Partido Popular (derecha heredera del franquismo) y el Partido Socialista Obrero Español (ni obrero, ni socialista) se han alternado en el poder prácticamente desde el fin de la dictadura de Franco. Y sus políticas neoliberales y militaristas plegadas a la OTAN, les han llevado al descrédito popular, y a la alta abstención electoral de los ciudadanos (el voto no es obligatorio en España). Por eso los indignados son un movimiento social por fuera de los partidos políticos, que tiene la debilidad de no contar con unos líderes fuertes y un programa único, pero a la vez es también allí donde reside su fuerza. Los indignados actúan igual que un organismo colectivo sin líder, sin una única cabeza, se podrá cortar una, coptar otra, pero no es posible controlarles a todas, todo se decide de manera asamblearia.

Desde el comienzo de este movimiento se vio un cambio editorial de los principales medios de comunicación europeos en el tratamiento a estos indignados españoles. Ya no eran tratados como los indignados de plaza Tahrir, proceso al que habían llamado románticamente la Revolución del Nilo; o a la rebelión popular de Túnez la denominaron Revolución de los Jazmines. La prensa española cuando trataba el tema del 15-M comenzó a hablar de altercados, de falta de higiene en las plazas ocupadas por el movimiento ciudadano, del perjuicio de los comerciante de la plaza del Sol, se los etiquetó como de “antisistema”. Los medios de comunicación españoles silenciaron el desalojo de los que acampaban en Plaza del Sol el 4 de agosto, el único canal de televisión que transmitió en vivo con amplia cobertura fue Telesur, con sede en Caracas. Telesur se convirtió ese día en España en trending topic * en Twitter por el seguimiento a las protestas del 15-M. Lo cual habla de la censura de mercado que impera en los medios de comunicación españoles. Los indignados han denunciado desde el primer momento un tratamiento perverso por parte de la prensa española hacia su movimiento, de silencio mediático alternado con calumnia y desinformación. (1)

* Los trending topic son las palabras clave más usadas en un momento dado en Twitter. El buscador localiza esas palabras clave por medio de la almohadilla ( en inglés hashtag) que los usurarios anteponen al término en cuestión.

OCUPA WALL STREET

El movimiento Ocupa Wall Street surgido el 17 de setiembre de 2011, en Nueva York, se ha propagado como virus muy contagioso por cientos de ciudades de los EE.UU. El ambiente es propicio para el reclamo de más justicia social y de democracia real. La inspiración de la #spanish revolution y la plaza Tahrir es reconocida por Ocupa wst. Al igual que en España la falta de credibilidad en el bipartidismo formado por los demócratas y republicanos, que responde a las grandes corporaciones y las políticas neoliberales que condujeron a una aguda crisis, han hecho estallar este movimiento con inusitada fuerza y se ha propagado en toda la superficie de los EE.UU. Al igual que en Europa la prensa pretende presentarlos como un grupo de marginales, jóvenes sin trabajo, comunistas y hippies sin remedio.

Pero esta idea no ha calado en la población, y según las encuestas un vasto sector de la población respalda sus reclamos. La respuesta del establishment ha sido apagar sus reclamos en los medios de comunicación, invisibilizarlos todo lo posible y aplicarles una buena dosis de represión policial para atemorizarles. Así ocurrió este martes 25 de octubre en Oakland, California. Como consecuencia de la represión con gases lacrimógenos y munición con bolas de goma, resultó gravemente herido Scott Olsen, un joven de 24 años de edad y veterano de guerra en Irak. Scott está grave, no puede hablar como consecuencia de la lesión cerebral que le provocó el impacto de la munición policial en su cabeza, y su pronóstico es reservado. Si este muchacho muere ahora ¿podría convertirse en un nuevo Mohamed Bouazizi, en una chispa que incendie la pradera del Imperio? Si se salva pero la policía sigue reprimiendo en distintas ciudades como hasta ahora en Nueva York, Atlanta, Dallas, y muhcas más es probable que muera más de un civil. ¿Qué hará el Consejo de Seguridad de la ONU o la OTAN? ¿Irá a proteger a los civiles que mate el gobierno de Barak Obama? Este fue el argumento utilizado para intervenir en Libia, proteger a los civiles del "dictador libio", y lo hicieron a punta de bombas de aviones no tripulados; y se pretende utilizar idéntico guión contra Siria. La contradicción es obvia y muy fuerte, las grietas en los cimientos del imperio son cada vez más anchas.

Momento en que Olsen es herido por la policía de Oakland, posteriormente los uniformados gasean a los indignados impidiéndoles asistir al herido

NUESTRA AMÉRICA

Cabe destacar que cuando se hizo la gran convocatoria mundial de los indignados del 15 de octubre, en Venezuela no hubo protestas, por la sencilla razón que no hay indignados, al igual que en muchos países de Nuestra América donde los pueblos derrotaron esas políticas de privatizaciones, recortes y desempleo que viven hoy en Europa y EE.UU. En Venezuela no hay indignados porque los banqueros que quiebran no pueden socializar sus pérdidas y privatizar sus ganancias como pasa en Europa. Con el gobierno del presidente Hugo Chávez la política reemplazó al mercado. El Estado ocupa un rol regulador y redistribuye riquezas y se aplican novedosos mecanismos de participación como los consejos comunales y el protagonismo ciudadano en las decisiones que afectan al colectivo a través de democracia directa, garantiza inclusión. La iniciativa del Gran Polo Patriótico ha generado expectativas de profundizar esa necesaria participación ciudadana. Los programas de la Gran Misión Vivienda Venezuela, destinada a materializar el derecho a la vivienda, la Misión Agro Venezuela, destinada a producir alimentos locales y eliminar la dependencia de las importaciones, y todo el abanico de políticas sociales; generan lo contrario a la indignación, la satisfacción de las necesidades básicas. Si a esto le sumamos los esfuerzos que se hacen en la parte blanda de la revolución, la moral y luces, las facilidades de acceso a las distintas manifestaciones de la cultura y el deporte, encontraremos más motivos de felicidad que de indignación. Se han entregado gratuitamente cientos de miles de computadoras a niños en edad escolar, como así también instrumentos musicales con sus respectivos instructores. Se han distribuido gratuitamente millones de libros desde el consagrado "Don Quijote" de Miguel de Cervantes Saavedra, la poesía de Miguel Hernández, los ensayos de Enrique Dussel, pensamientos de Mao Tse -Tung, sólo por mencionar algunos, hasta más de 10 millones de textos escolares en este 2011. El acceso a los cines, la música, danza y el teatro están subsidiados por el Estado y están al alcance de cualquiera. A su vez los programas exhibidos en salas de cine del Estado son películas europeas, latinoamericanas, asiáticas, africanas y también de EE.UU., pero se evita el cine de Hollywood al que se tiene acceso fácil por la vía del mercado. En cualquier plaza se montan escenarios y se escuchan desde orquestas de música clásica hasta bandas de rock, salsa, jazz, y muchos géneros más. La construcción de los valores trascendentes al materialismo consumista y capitalista, básicos para la formación de un ser humano nuevo y libre, suman argumentos de por qué en Venezuela no hay un movimiento equivalente a Ocupa Wall Street. Venezuela está construyendo camino con el lema de “inventamos o erramos”, y con objetivos claros resumidos por Simón Bolívar en lograr “la máxima suma de felicidad posible”.

(1) http://vtv.gov.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=65351&catid=50&Itemid=103


miércoles, 26 de octubre de 2011

Avalancha de votos contra el cruel bloqueo

Naciones Unidas completó este martes dos décadas de condenas anuales consecutivas al bloqueo impuesto por Estados Unidos contra Cuba desde hace casi medio siglo y exigió su levantamiento.
El rechazo al cerco norteamericano fue reiterado por el plenario de la Asamblea General de la ONU por 186 votos a favor, dos en contra (Estados Unidos e Israel) y tres abstenciones (Islas Marshal, Micronesia y Palau). Libia y Suecia no votaron.

Compartimos el discurso del Canciller del digno y heríco pueblo cubano, Bruno Rodríguez Parrilla en la 66ma Sesión de la Asamblea General de la ONU.

Señor Presidente:

El 13 de noviembre de 1991, esta Asamblea General tomó la decisión de incluir en el programa de su siguiente período de sesiones, el examen del tema titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.

Eran los momentos en que Estados Unidos se disponía, con cruel oportunismo, a apretar el cerco contra la isla que luchaba sola, mediante la llamada Ley Torricelli, la cual cercenó nuestro comercio de medicinas y alimentos con las subsidiarias de compañías norteamericanas asentadas en terceros países. Fue ese el acto oficial que hizo notoria y pública la aplicación extraterritorial de las leyes del bloqueo contra terceros Estados.

Hubiera parecido imposible entonces que, 20 años después, esta Asamblea estaría hoy considerando el mismo asunto, tan estrechamente vinculado al derecho de los pueblos a la autodeterminación, al Derecho Internacional, a las reglas internacionales del comercio, a las razones por las cuales existe esta Organización.

Se trata ya de uno de los temas tradicionales de la Asamblea General, que convoca los pronunciamientos más reiterados, con el apoyo más categórico y abrumador, y que muestra con mayor nitidez el aislamiento incómodo del país agresor y la resistencia heroica de un pueblo negado a ceder sus derechos soberanos.

Durante dos décadas, la comunidad internacional ha reclamado invariable y sostenidamente que se ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba. Lo ha hecho por medio de las resoluciones que cada año se aprueban casi unánimemente, de las decenas de apelaciones de Jefes de Estado y de Delegaciones que se refieren al tema en el Debate General de alto nivel de esta Asamblea, y de los pronunciamientos de casi todos los organismos internacionales y agrupaciones de Estados, en particular los de América Latina y el Caribe.

En 1996, la Ley Helms-Burton amplió de forma inédita las dimensiones extraterritoriales del bloqueo y codificó integralmente el “cambio de régimen” y la ulterior intervención en Cuba. Nadie conoce que el “Plan Bush para Cuba”, del año 2004, haya sido dejado sin efecto.

El Informe del Secretario General dedicado a este tema, que recoge los pronunciamientos de más de 160 países y organismos especializados del sistema de las Naciones Unidas, ilustra con abundantes datos la persistencia de esta política criminal y sus efectos directos sobre la población y la economía cubanas.

El daño económico directo ocasionado al pueblo cubano por la aplicación del bloqueo supera los 975 mil millones de dólares, calculado al depreciado valor del dólar frente al oro.

La Convención contra el Genocidio de 1948, en su artículo 2 inciso b tipifica como acto de genocidio la “lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo” y en su inciso c, el “sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial”.

Los objetivos del bloqueo han sido, según el memorando del Gobierno de los Estados Unidos del 6 de abril de 1960 “provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria [...] debilitar la vida económica negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.

Nunca ha ocultado que su objetivo es derrocar al gobierno revolucionario y destruir el orden constitucional que el pueblo soberanamente defiende, lo que el ex Presidente George W. Bush llamó “cambio de régimen” y que ahora alcanza nuevas dimensiones.

Señor Presidente:

A pesar de la falsa imagen de flexibilidad que pretende trasladar el actual gobierno de los Estados Unidos, el bloqueo y las sanciones permanecen intactos, en completa aplicación y se ha acentuado en los años más recientes su carácter extraterritorial. Como rasgo distintivo del período del presidente Obama, se refuerza la persecución a las transacciones financieras cubanas en todo el mundo, sin respeto a las leyes de terceros países ni a la oposición de sus gobiernos.

Cuba continúa sin poder exportar e importar libremente productos y servicios de tipo alguno hacia o desde los Estados Unidos. No puede utilizar el dólar norteamericano en sus transacciones, incluidos los pagos a la Organización de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales. Tampoco puede tener cuentas en esa moneda en bancos de terceros países o acceso a créditos de bancos en Estados Unidos, de sus filiales en terceros países y de instituciones internacionales como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo.

La prohibición de comerciar con subsidiarias de empresas estadounidenses en terceros países permanece inalterable. Los empresarios de otras naciones interesados en invertir en mi país continúan siendo sancionados, amenazados o incluidos en listas negras.

Los organismos internacionales, los programas y agencias del sistema de la ONU no escapan a esta política, al obstaculizar el gobierno de los Estados Unidos la cooperación que estas entidades prestan a Cuba, incluida la destinada a áreas de sensibilidad extrema.

La incautación, en enero de 2011, de 4 millones 207 mil dólares del financiamiento del Fondo Mundial de Lucha Contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, para la ejecución de proyectos de cooperación con Cuba destinados a combatir el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y la tuberculosis, así lo demuestra.

Como resultado de la denuncia de Cuba, el Departamento del Tesoro estadounidense emitió una licencia general en mayo de este año para liberar dichos fondos, la cual vencerá el 30 de junio de 2015. Pero, el hecho mismo de que los recursos de esta organización requieran, para llegar a Cuba, de una licencia del gobierno de los Estados Unidos muestra, además del designio de utilizar a estos programas tan sensibles como rehenes de su política de agresión contra mi país, un flagrante irrespeto a las Naciones Unidas y a las instituciones que la integran.

Varios proyectos de cooperación ejecutados por el Organismo Internacional de Energía Atómica también han sido víctimas del bloqueo.

En medio de la supuesta flexibilización para que viajen a Cuba algunos grupos de norteamericanos, en fecha muy reciente el Departamento del Tesoro denegó también licencias de viajes a Cuba a dos importantes organizaciones no gubernamentales estadounidenses que durante varios años han cooperado con instituciones cubanas en la esfera de la salud. Esta decisión podría impedir que lleguen a su destino donaciones de medicamentos a los que nuestro país no tiene acceso producto del bloqueo.

La verdad es que la libertad de viajar de los norteamericanos sigue cercenada y que Cuba sigue siendo el único destino prohibido.

Señor Presidente:

En repetidas oportunidades los representantes de los Estados Unidos han señalado que el tema que hoy discutimos es una cuestión bilateral y que, por tanto, no debe ser tratada en este foro. Probablemente repitan hoy este falaz argumento.

Los hechos demuestran su inconsistencia. Ciudadanos y compañías de numerosos Estados miembros aquí representados han sido objeto de sanciones por establecer relaciones económicas con Cuba.

¿Qué son, si no, muestra de la extraterritorialidad de dicha política, las multas impuestas el 18 de agosto de 2011 a la subsidiaria de la empresa naviera y de transporte francesa CMA CGM por ofrecer servicios de contenedores a Cuba? ¿Cómo pudieran calificarse las exigencias de la sucursal europea PayPal, empresa encargada de facilitar las transacciones electrónicas por Internet, a la firma alemana Rum Co para que sacara de su página web el ron y el tabaco cubanos?

Los ejemplos sobre la extraterritorialidad, como se aprecia en la respuesta de Cuba contenida en el mencionado informe del Secretario General, son innumerables.

Señor Presidente:

Las declaraciones más recientes sobre Cuba del Presidente Obama han dejado anonadados a no pocos observadores, pero no nos sorprenden. Al ofrecimiento del gobierno de Cuba de establecer un diálogo sobre todos los temas de interés de la agenda bilateral, la respuesta del Presidente Obama ha sido, nuevamente, el rechazo solapado, bajo argumentos absurdos y condicionamientos inaceptables que nunca han funcionado. Su postura es vieja, repetitiva, anclada al pasado, es como si, en vez del Presidente elegido para el cambio, hablaran sus predecesores, incluso republicanos. Parecería desinformado, desconocedor totalmente de lo que hoy sucede en nuestro país, de nuestra historia y cultura.

Cuba hizo el gran cambio en 1959. Al precio de 20 mil vidas, barrió a la dictadura de Batista, el hombre fuerte de los Estados Unidos. Después ha seguido cambiando cada día y debido a su capacidad de renovación es que ha resistido. Otros no resistieron porque no cambiaron y se anquilosaron o se desviaron. Ahora, Cuba cambia y cambiará resueltamente todo lo que deba ser cambiado dentro de la Revolución y del socialismo. Más Revolución y mejor socialismo.

Lo que no ha cambiado durante 50 años, Mr. President, es el bloqueo y la política de hostilidad y agresión de Estados Unidos, a pesar de que no han funcionado, ni van a funcionar.

Pero lo que el gobierno de Estados Unidos quiere que cambie, no va a cambiar. El gobierno de Cuba seguirá siendo “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Nuestras elecciones no serán subastas. No habrá campañas electorales de 4 mil millones de dólares ni un Parlamento con un 13% de apoyo de los electores. No tendremos élites políticas corruptas separadas de la gente. Continuaremos siendo una democracia verdadera y no una plutocracia. Defenderemos el derecho a la información veraz y objetiva.

Seguiremos conquistando “toda la justicia”. Protegeremos la igualdad de oportunidades de cada niño y no abandonaremos a nadie. No renunciaremos a nuestras políticas sociales. La salud y la educación seguirán siendo universales y gratuitas. Aseguraremos el derecho al trabajo y a la jubilación digna y la seguridad social. Seguirá habiendo salario igual a trabajo igual. Protegeremos a la maternidad y a la discapacidad. El ser humano seguirá siendo lo primero y más importante. Defenderemos nuestra cultura. Continuaremos creyendo en los valores humanos. Será garantizado el ejercicio de los derechos humanos a todos los cubanos.

La economía tendrá que ser eficiente pero seguirá al servicio del hombre. La vida de la gente es y será más importante que los datos macroeconómicos. Las políticas económicas continuarán siendo consultadas al pueblo. Las consecuencias de la crisis económica global se compartirán entre todos. Seguiremos redistribuyendo la riqueza para que no haya ricos ni pobres. No admitiremos la corrupción, la especulación, ni quitaremos el dinero a los trabajadores para salvar bancos. Continuaremos buscando la participación en nuestra economía de compañías extranjeras sin exclusión alguna.

Señor Presidente:

Bastaría revisar lo recientemente divulgado por Wikileaks sobre el trabajo del Departamento de Estado y las Embajadas estadounidenses en todos los países, orientado a entorpecer las relaciones políticas, diplomáticas, económicas, comerciales y de cooperación de Cuba. Resultan vergonzosas por su contenido, las informaciones que revelan la preocupación, interés y persecución a la humanitaria labor de las brigadas médicas de Cuba que prestan su noble y desinteresado servicio a millones de personas en decenas de pueblos hermanos.

Los vínculos familiares y el limitado intercambio cultural, académico, científico que existen entre Estados Unidos y Cuba, demuestran hoy cuán positiva sería la expansión de estos vínculos para beneficio de ambos pueblos, sin las trabas y condicionamientos impuestos por Washington. La propuesta de Cuba para avanzar hacia la normalización de las relaciones y expandir la cooperación bilateral en diversas esferas sigue en pie. Estaría igual en el interés común la solución recíproca de asuntos humanitarios pendientes.

¿Por qué el gobierno del presidente Obama mejor no se ocupa de los problemas de los Estados Unidos y nos deja a los cubanos resolver en paz y tranquilos los nuestros?

Uno de los Cinco luchadores antiterroristas cubanos acaba de cumplir, hasta el último minuto, los 13 años de su injusta condena, pero se le impide regresar a Cuba a unirse con su familia, mientras los otros cuatro permanecen bajo cruel e injusta prisión política. La burda corrupción del proceso legal y la conducta ilegal del gobierno, en relación con este, es ampliamente conocida y ha sido bien documentada. ¿Por qué no los liberan en un acto de justicia o, al menos, humanitario?

Señor Presidente:

Debo trasmitir la profunda gratitud del pueblo de Cuba a todos los países que durante 20 años han expresado con su voz y su voto la necesidad de poner fin a las sanciones unilaterales más injustas, prolongadas y abarcadoras de la historia, que tanto han afectado a millones de cubanos.

En nombre de Guillermo Domínguez Díaz (16 años), Ivis Palacio Terry (18), Randy Barroso Torres (17) y Adrián Izquierdo Cabrera (12), que han sufrido cirugías conservadoras y pasado meses enyesados en sus camas por no disponer de prótesis extensibles pediátricas (endoprótesis tumoral extensoras), las cuales se producen en los Estados Unidos o bajo sus patentes, y de María Amelia Alonso Valdés (2), Damián Hernández Valdés (4) y Dayán Romayena Lorente (12), quienes padecen de tumores del sistema nervioso central y necesitan tratamiento con Temodal que es norteamericano y está protegido por su patente;

En nombre de mi pueblo abnegado, generoso, optimista y heroico, y para bien de la comunidad de naciones y del “equilibrio del mundo”, les solicito apoyar el proyecto de resolución L.4 titulado: “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.

viernes, 21 de octubre de 2011

Guerra, mentiras y medios


MUAMAR GADDAFI CAPTURADO MOMENTOS ANTES DE SU LINCHAMIENTO

Luego del linchamiento de Muamar Gaddafi en Libia, producido este 20 de octubre de 2011, las reacciones internacionales sobre su muerte no se hicieron esperar. Obama y Sarkozy rápidamente se declaran orgullosos y satisfechos del triunfo del CNT, mientras en la contracara Chávez lamenta otro crimen más de los hombres armados y asistidos por la OTAN. El martirio del líder libio abre el interrogante del cuerpo. ¿Qué harán con ese cuerpo que les quema las manos? ¿Cómo hacer para que su tumba no se convierta en punto de peregrinación? Harán desaparecer el cuerpo, lo enterrarán como al Che en una fosa común, lo arrojarán al mar o lo cremarán, pero evitarán que su cuerpo y su tumba se conviertan en lugar de veneración de la resistencia anti CNT y antiimperialista.
Pero no sólo son responsables los aviones de la OTAN que bombardearon e hirieron al líder libio, o los hombres armados por la OTAN, quienes jalaron del gatillo para rematar la labor inconclusa de las bombas imperialistas. Veamos cual ha sido la responsabilidad de uno de los principales medios de comunicación del mundo árabe. Al Jazeera, el canal de televisión qatarí de 15 años de vida, ha sido un protagonista más en esta guerra neocolonial, donde a base de sacrificar la verdad, logró dar importante impulso a los hombres armados del CNT, y es responsable del asesinato de Muamar Gaddafi y de decenas de miles de civiles libios que perecieron en esta guerra por petróleo y poder.

THIERRY MEYSSAN Y LA DESINFORMACIÓN: KHANFAR, AL-JAZEERA, MAHMUD YIBRIL
EL TRIUNFO DE LA PROPAGANDA TELEVISIVA EN LA RECOLONIZACIÓN DE LIBIA

Thierry Meyssan / voltairenet.org


El 20 de septiembre de 2011, el canal de televisión qatarí Al-Jazeera anunció la renuncia de su director general, Wadah Khanfar, y su reemplazo por un miembro de la familia real qatarí, Cheikh Hamad Ben Jassem Al-Thani. Cheikh Hamad es un cuadro de Qatargas. Trabajó durante un año en la sede parisina del gigante francés del petróleo Total y fue presidente del Consejo de Administración de Al-Jazeera.La prensa atlantista ha presentado la noticia de tres maneras diferentes: como una renuncia forzosa y una recuperación del control del canal por parte del Estado, como una venganza de la Autoridad Palestina por la difusión de los documentos conocidos como Palestinian Papers y, finalmente, como una consecuencia de las filtraciones de Wikileaks que revelan ciertos contactos del señor Khanfar con Estados Unidos.Si bien todas esas interpretaciones pueden ser parte de la verdad, lo cierto es que esconden la razón fundamental de lo sucedido: el papel de Qatar en la guerra contra Libia. Llegados a este punto, un breve recuento se hace indispensable.


El origen

de Al-Jazzera: un deseo de diálogo

El canal de televisión Al-Jazeera fue concebido por dos personalidades franco-israelíes, los hermanos David y Jean Frydman, a raíz del asesinato de Yitzhak Rabin, de quien eran muy amigos. Según David Frydman [1], el objetivo era crear un medio de difusión en el que israelíes y árabes pudiesen debatir libremente, intercambiar argumentos y aprender a conocerse entre sí en momentos en que aquello era imposible a causa de la situación de guerra, lo cual bloqueaba toda posibilidad de alcanzar la paz.

Los hermanos Frydman tuvieron a su favor una serie de circunstancias que los ayudaron a crear el canal de televisión: la compañía saudita Orbit había firmado un acuerdo con la BBC con vistas a la creación de un noticiero de televisión en árabe. Pero las exigencias políticas de la monarquía absolutista de Arabia Saudita rápidamente resultaron ser incompatibles con la libertad de trabajo de los periodistas británicos. El acuerdo fue anulado y la mayoría de los periodistas de la BBC vinculados al mundo árabe se encontraron bruscamente sin trabajo. Y fueron a parar a Al-Jazeera.

Los hermanos Frydman querían que su nuevo canal de televisión fuera visto como un canal árabe. Ambos lograron convencer al nuevo emir de Qatar, Hamid ben Khalifa al-Thani, quien –con el concurso de Londres y Washington– acababa de derrocar a su padre –acusado de ser proiraní.

Cheikh Hamad ben-Khalifa comprendió rápidamente las ventajas que podía procurarle el convertirse en eje de las discusiones entre Israel y el mundo árabe, conversaciones que han durado ya medio siglo y que parecen destinadas a prolongarse aún. Hamid ben Khalifa al-Thani autorizó de paso la apertura en Doha de una oficina del ministerio israelí de Comercio, a falta de poder abrir una embajada. Lo más importante es que percibió que aquello ayudaría a Qatar a competir con los ricos medios de difusión panárabes de Arabia Saudita y que el emirato dispondría así de un medio de difusión que critica a todo el mundo… menos a él.

El montaje financiero inicial preveía simultáneamente un aporte de fondos de los hermanos Frydman y, por parte del emir, un préstamo de 150 millones de dólares por 5 años. El boicot, organizado por Arabia Saudita, por parte de los anunciantes y la ausencia de ingresos importantes por concepto de publicidad determinaron una modificación del esquema inicial. En definitiva, el emir se convirtió en el proveedor de fondos del canal y, por consiguiente, en su dueño de facto.

Periodistas ejemplares

Durante años, Al-Jazeera se hizo de una gran audiencia gracias a su pluralismo interno. El canal se enorgullecía en dar a conocer los argumentos de todas las partes. Su pretensión no era decir la verdad sino hacerla surgir del debate. Su programa principal, el del iconoclasta Faisal al-Qassem, titulado «La Opinión contraria», se daba el gusto de arremeter contra los prejuicios. Todos podían encontrar razones para alegrarse de la existencia de ciertos programas y deplorar la de otros.

Lo importante es que aquel continuo debate interno acabó prevaleciendo ante el carácter monolítico de sus competidores y cambió el panorama audiovisual del mundo árabe.

El heroico papel de los reporteros de Al-Jazeera en Afganistán y durante la tercera guerra del Golfo, en 2003, así como su ejemplar trabajo, en contraste con la propaganda de los canales satelitales proestadounidenses, transformaron la imagen del canal que, de ser considerado una televisión polémica, pasó a convertirse en un medio de referencia. Sus periodistas pagaron un alto precio por su valentía: George W. Bush estudió la posibilidad de bombardear los estudios de Doha, y finalmente renunció a hacerlo, pero en cambio propició el asesinato de Tareq Ayyub [2], el arresto de Tayseer Aluni [3] y el encarcelamiento de Sami el-Hajj en Guantánamo [4].

La reorganización de 2005

Sin embargo, incluso las mejores cosas tienen un final. En 2004-2005, después del fallecimiento de David Frydman, el emir de Qatar decidió emprender una reorganización total de Al-Jazeera y crear nuevos canales, como Al-Jazeera English, en momentos en que el mercado mundial se hallaba en plena transformación y en que todos los grandes Estados estaban dotándose de canales televisivos de información vía satélite.

El objetivo era, evidentemente, dejar de lado la efervescencia y las provocaciones del comienzo y capitalizar una audiencia que se eleva hoy en día a 50 millones de telespectadores para posicionarse como un actor del mundo globalizado.

Cheikh Hamad ben-Khalifa recurrió entonces a una firma internacional que le proporcionó a él mismo una formación personalizada en materia de comunicación. La agencia JTrack se había especializado en enseñar a los líderes del mundo árabe y del sudeste asiático a hablar la lengua del foro de Davos, o sea en cómo ofrecer a los occidentales la imagen que ellos quieren ver. Desde Marruecos hasta Singapur, JTrack entrenó así a la mayoría de los responsables políticos respaldados por Estados Unidos e Israel –a menudo simples títeres hereditarios– para convertirlos en personalidades respetables en el plano mediático. Lo importante no es que tengan algo que decir sino que sepan manejar la retórica global.

Sin embargo, al ser llamado a ejercer altas funciones gubernamentales en el norte de África, el presidente-director general de JTrack dejó su cargo antes de terminar el proceso de transformación del Al-Jazeera Group y puso la continuación de esa operación en manos de un ex periodista de la Voz de las Américas que ya trabajaba desde hacía varios años para el canal qatarí y era miembro de la misma cofradía musulmana que él: Wadah Khanfar.

Competente en el plano profesional y políticamente seguro, Wadah Khanfar se dio a la tarea de dar color ideológico a Al-Jazeera. Así que dio la palabra a Mohamed Hassanein Heikal, el ex vocero de Nasser, al mismo tiempo que convertía Cheikh Yusuf al-Qaradawi –cuya nacionalidad egipcia fue anulada precisamente por orden de Nasser– en «consejero espiritual» de Al-Jazeera.

El viraje de 2011

Fue con las revoluciones del norte de África y la península arábiga que Wadah Khanfar modificó bruscamente la línea editorial de su redacción. El Grupo tuvo un papel protagónico en la consagración del mito de la «primavera árabe» según el cual los pueblos, deseosos de vivir al estilo occidental, se sublevaron para derrocar dictadores e instaurar democracias parlamentarias. Según ese mito, no hay diferencia alguna entre lo sucedido en Túnez y Egipto y los acontecimientos de Libia y Siria. En cuanto a los movimientos de Yemen y Bahrein, simplemente no son de interés para los telespectadores.

La realidad es que los anglosajones han tratado de navegar entre las revueltas populares para volver a servirnos la vieja cantinela de la «primavera árabe» que ellos mismos organizaron en los años 1920 para apoderarse de las antiguas provincias otomanas e instalar en ellas democracias parlamentarias títeres bajo su tutelaje.

Al-Jazeera acompañó entonces las revueltas de Túnez y Egipto para marginar así la tentación revolucionaria y legitimar nuevos gobiernos favorables a Estados Unidos e Israel. En Egipto se produjo incluso una verdadera manipulación que permitió explotar los acontecimientos en provecho de un solo componente del movimiento: la Hermandad Musulmana, representada precisamente por… el predicador-estrella de Al-Jazeera, Cheikh Yusuf al-Qaradawi.

Indignados ante la nueva línea editorial y el uso cada vez más frecuente de la mentira [5], periodistas como Ghassan Ben Jedo abandonan el canal qatarí.

¿Quién maneja los hilos de la noticia?

En todo caso, hay que esperar hasta el episodio libio para asistir a la caída definitva de las máscaras. En efecto, el jefe de JTrack y mentor de Wadah Kanfhar no es otro que… Mahmud Yibril (la J de “JTrack” corresponde a la transcripción de su apellido en inglés). Este administrador amable, brillante y fatuo llegó hasta Muammar el Kadhafi recomendado por los nuevos amigos estadounidenses del coronel para manejar la apertura económica de Libia después de la normalización de sus relaciones diplomáticas.

Bajo la supervisión de Saif al-Islam Kadhafi, Mahmud Yibril fue nombrado simultáneamente ministro de Planificación y director de la Autoridad de Desarrollo, convirtiéndose así de hecho en el segundo personaje en importancia del gobierno libio, con autoridad sobre los demás ministros. Aplicó una desregulación acelerada de la economía socialista de Libia y la privatización de sus empresas públicas.

Mahmud Yibril con su amigo y socio de negocios Bernard-Henri Levy en Trípoli, ya conquistada.

A través de la labor de entrenamiento que realizaba JTrack, Mahmud Yibril había forjado vínculos personales con casi todos los dirigentes del mundo árabe y del sudeste asiático. Disponía de oficinas en Bahrein y Singapur. Yibril había creado también empresas dedicadas a los negocios, entre ellas una que se dedicaba a la comercialización de madera en Malasia y Australia, con el francés Bernard-Henri Levy como socio.

Mahmud Yibril había cursado sus primeros estudios universitarios en El Cairo, donde conoció a la hija de uno de los ministros de Nasser y se casó con ella. Prosiguió después sus estudios en Estados Unidos, donde se convirtió en adepto de las tesis libertarianas que posteriormente trató de introducir en la ideología anarquista de Kadhafi. Lo más importante es que Mahmud Yibril se unió además a la Hermandad Musulmana en Libia y posteriormente introdujo a dos miembros de la Hermandad, Wadah Kanfhar y Yusuf al-Qaradawi, en Al-Jazeera.

Durante el primer semestre de 2011, el canal qatarí se convirtió en el instrumento preferido de la propaganda prooccidental. Se esforzó en negar el aspecto antiimperialista y antisionista de las revoluciones árabes y escogió en cada país a los protagonistas que había que apoyar y a los que había que rechazar. De forma nada sorprendente apoyó al rey de Bahrein –otro alumno de Mahmud Yibril–, quien ordenaba disparar contra el pueblo mientras que al-Qaradawi utilizaba las transmisiones para exhortar a la Yihad contra Kadhafi y Bachar al-Assad, ambos falsamente acusados de estar masacrando a sus propios pueblos.

Al convertirse Mahmud Yibril en primer ministro del gobierno rebelde libio se llegó al colmo de la mala fe con la construcción en Doha de escenarios que reproducían la Plaza Verde y Bab al-Aziziya, escenarios que se utilizaron para filmar imágenes falsas de la entrada de los «rebeldes» proestadounidenses en Trípoli. ¡Cuanto me insultaron cuando predije esa manipulación en Voltairenet.org! Sin embargo, Al-Jazeera y Sky News transmitieron las imágenes falsas durante el segundo día de la batalla de Trípoli, sembrando así la confusión entre la población libia. No fue en realidad sino 3 días más tarde que los «rebeldes» –casi exclusivamente los Misrata– lograron entrar en Trípoli, ya devastada por los bombardeos de la OTAN.

Lo mismo sucedió con el anuncio que transmitió Al-Jazeera sobre el supuesto arresto de Saif al-Islam Kadhafi y con la confirmación de su captura por el fiscal de la Corte Penal Internacional Luis Moreno Ocampo. Fui el primero en desmentir, a través de las ondas de Russia Today, aquella falsedad. Y nuevamente fui blanco de burlas en ciertos diarios, hasta que el propio Saif al-Islam en persona vino a despertar a los periodistas encerrados en el hotel Rixos y los llevó a la verdadera plaza de Bab al-Aziziya.

Al ser interrogado sobre esas mentiras durante las transmisiones en árabe del canal satelital France24, el presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafa Abdul Yalil dijo que se había tratado de una argucia de guerra y se jactó de haber precipitado así la caída de la Yamahiria.

¿Cuál será el futuro de Al-Jazeera?

La transformación de Al-Jazeera en instrumento de propaganda de la recolonización de Libia no se produjo a espaldas del emir de Qatar, sino bajo su dirección. Fue el Consejo de Cooperación del Golfo el primero en llamar a la intervención armada en Libia. Qatar fue el primer miembro árabe del Grupo de Contacto. Transportó armas para los «rebeldes» libios y más tarde envió militares al teatro de operaciones, específicamente durante la batalla de Trípoli. Obtuvo a cambio de ello el privilegio de controlar todo el comercio de hidrocarburos realizado a nombre del Consejo Nacional de Transición.

Es demasiado pronto aún para saber si la dimisión de Wadah Khanfar es el fin de su misión en Qatar o si anuncia una voluntad del canal de recobrar la credibilidad que se había ganado a lo largo de 15 años y que perdió en sólo 6 meses.

Notas:

[1] Cf. entrevistas con el autor.

[2] «La guerre contre Al-Jazeera», artículo de Dima Tareq Tahboub resumido en nuestra antigua rúbrica «Tribunes et décryptages», Réseau Voltaire, 6 de octubre de 2003.

[3] «La presse arabe dans la ligne de tir», Réseau Voltaire, 15 de septiembre de 2003.

[4] Ver nuestro dossier sobre Sami el-Hajj.

[5] Por ejemplo: «Al-Jazeera met en scène une manifestation monstre à Moscou contre Bachar el-Assad», Réseau Voltaire, 2 de mayo de 2011.

jueves, 13 de octubre de 2011

El guión del complot

CON UN GUIÓN QUE HASTA HOLLYWOOD PUEDE ENVIDIAR

De acuerdo con la denuncia, los iraníes intentaron contratar narcos mexicanos para asesinar al embajador saudita en Estados Unidos. Según la agencia ABC News, los supuestos terroristas tenían planeado atacar las embajadas de Israel y Arabia Saudita en Buenos Aires.

Por Raúl Kollmann

Página 12

El gobierno de Estados Unidos acusó ante la Justicia a dos ciudadanos iraníes –y, por elevación, al gobierno de Irán– de querer contratar a narcos mexicanos a cambio

de 1.500.000 dólares con el objetivo de asesinar al embajador de Arabia Saudita en Washington. En verdad, los narcos no eran narcos, sino agentes de la

DEA y eso –según la versión norteamericana– permitió descubrir el plan, lo que llevó a la detención de un iraní y a declarar prófugo a otro, que vive en Teherán. El documento oficial de 21 páginas presentado a la Justicia –y al que tuvo acceso Página/12– no menciona a la Argentina, pero según la agencia ABC News, fuentes de la investigación sostuvieron que los supuestos terroristas tenían también planeado atacar las embajadas de Israel y Arabia Saudita en Buenos Aires. Ni Interpol ni la SIDE recibieron información oficial sobre un eventual ataque en territorio argentino. Por las dudas, anoche se reforzó la custodia de ambas delegaciones diplomáticas. El encargado de Negocios de Irán en Buenos Aires, Alí Pakdaman, en diálogo con este diario, rechazó la acusación: “Es un armado rudimentario que no se lo puede creer nadie. ¿Quién va a creer que desde Irán giran dinero a través de un banco a un supuesto intermediario de terrorismo? ¿Quién puede creer que hablen por teléfono, cuando todos saben que cualquier llamada desde Irán a Estados Unidos está intervenida? Y, encima, meten a la Argentina a través de una agencia periodística. Justo cuando faltan unos días para las elecciones. Esto es una difamación y una forma de presionar al gobierno argentino (ver aparte)”.

Dos fiscales de Nueva York, Glen Kopp y Howard Kim, se presentaron ante el juez Michael Dolinger para anunciarle las conclusiones de una investigación realizada por el FBI, la CIA, la DEA y otras agencias norteamericanas. El secretario de Justicia, Eric Holder, fue quien presentó toda la investigación en una conferencia de prensa. La causa judicial se desarrolla en Nueva York porque en el aeropuerto de esa ciudad fue detenido Manssur Arbabsiar, un iraní naturalizado norteamericano, es decir, que tiene pasaporte de Estados Unidos. A Arbabsiar lo acusan de ser el organizador del ataque, aunque recibía instrucciones y dinero de Gholam Shakuri, supuestamente un militar que se mantuvo en Irán durante toda la puesta en marcha del plan. Para la Justicia de Estados Unidos, Shakuri ahora es un prófugo.

A lo largo de las páginas de la acusación, no aparecen ni Buenos Aires ni la Argentina. La única referencia indirecta surge en la transcripción de diálogos entre el iraní Arbabsiar y el supuesto narco, que en verdad es un agente de la DEA. El iraní le dice al mexicano que el plan es matar al embajador saudita en Washington, pero que después podrían hacer negocio con otros ataques: “Contra embajadas que están en Estados Unidos y fuera de Estados Unidos”. La agencia ABC News sostuvo ayer que fuentes no identificadas de la investigación dijeron que la intención era atacar las embajadas saudita e israelí de la capital argentina. Sin embargo, si se analiza toda la acusación y sobre todo el aspecto casi artesanal de la trama, la idea de los atentados en Buenos Aires parece más que lejana.

La denuncia

Lo denunciado por los norteamericanos es lo siguiente:

- Arbabsiar y Shakuri son parte de las Brigadas Revolucionarias y su objetivo era matar al embajador de Arabia Saudita en Washington, Adel Al-Jubeir.

- En el marco de ese plan, Arbabsiar se trasladó desde Texas a México para encontrarse allí con los integrantes de un cartel mexicano de drogas. A ese contacto mexicano lo llaman en el escrito judicial CS-1 y –justito– resultó un informante de la DEA. CS-1 fue acusado de tráfico de drogas en un estado norteamericano, pero a raíz de su colaboración con sucesivas investigaciones se cambió de bando y cobra de la DEA. Esto lo dice el texto en forma explícita.

- Lo que habrían pactado en ese viaje, el 24 de mayo pasado, es el asesinato del embajador saudita. Los mexicanos cobrarían 1.500.000 dólares por el trabajo. No se menciona el cartel, pero por la descripción que se realiza se trataría de los Zetas o del cartel de Sinaloa.

- En el encuentro de México se habría acordado también que el crimen se cometería usando explosivos, en particular un explosivo plástico, el C-4. En la acusación se relata que el mexicano le advirtió al iraní que podría haber más muertos, además del embajador, porque el ataque se concretaría en un restaurante de Washington. Arbabsiar dio el visto bueno “sin importarle la cantidad de víctimas”. En el texto se mencionan palabras que no le traen buenos recuerdos a Estados Unidos: “Se utilizarían armas de destrucción masiva”. Estos términos fueron usados por Washington en su momento para invadir Irak, aunque luego se demostró que tales armas de destrucción masiva no existían.

- Los fiscales enumeran varios viajes y encuentros en México. En el realizado el 14 de julio, CS-1 grabó su diálogo con Arbabsiar. La transcripción no es del todo clara: “Voy a necesitar cuatro tipos. Ya estoy hablando con uno. El acepta el millón y medio”. En la acusación se concluye que un total de cinco personas participarían y que cobrarían el millón y medio de dólares por asesinar al embajador. Es más, el agente de la DEA le dijo a Arbabsiar que uno de los hombres del cartel ya estaba en Washington estudiando al embajador saudita.

- En los diálogos grabados por el hombre de la DEA, Arbabsiar asombrosamente mostró todo su juego. Dijo, por ejemplo, que Shakuri, el que le mandaba el dinero desde Irán, trabajaba para el gobierno, que era un alto militar, que le entregaba la plata para los gastos y otros detalles que no parecen propios del secreto de un plan terrorista. Otro dato curioso es que Arbabsiar le hizo a CS-1 dos giros bancarios por 49.000 dólares, es decir que usaron bancos oficiales para mover el dinero.

- El 20 de septiembre el hombre de la DEA le anunció al iraní que estaba listo para el atentado, pero que requería una garantía. Y dio dos opciones: o entregaba la mitad del millón y medio o él mismo servía de garantía haciéndose presente en México durante la operación del asesinato en Washington. Arbabsiar contestó que viajaría a México y se quedaría allí durante el atentado y pagaría inmediatamente después.

- El 28 de septiembre, Arbabsiar se tomó un avión desde Nueva York a México. En este país no lo dejaron entrar y lo devolvieron al aeropuerto John F. Kennedy. Ahí fue detenido no bien se bajó del avión.

- De inmediato, Arbabsiar confesó. Dijo que efectivamente arregló con CS-1 el asesinato del embajador saudita en Washington, que le mandó por transferencia bancaria los 100.000 dólares de adelanto y que trabajó para Irán en ese plan. Es más, dijo que estuvo en Teherán, donde se encontró con Shakuri y con una tercera persona de la rama Quds de la Guardia Revolucionaria.

- En acuerdo con el FBI, Arbabsiar llamó a Shakuri en lo que los fiscales interpretaron como otra prueba. Arbabsiar le dijo que “el Chevrolet está listo”, lo que significaba, en código, que el atentado contra el embajador estaba preparado. “Este muchacho (por el de la DEA) quiere más plata, 50.000. Pero que termine el trabajo y después le damos el resto. Que lo haga rápido.”

Como se ve, lo denunciado consiste en que un supuesto enviado de Irán les compra un atentado, llave en mano, a supuestos narcos de los Zetas o del cartel de Sinaloa. Sólo habla con uno de esos narcos, que resultó ser un hombre de la DEA. No hay verificación de compra de explosivos ni de la forma en que se iba a realizar la operación. Y está la promesa de que si el atentado en Washington salía bien, le iban a comprar otros atentados. Según ABC News, en Buenos Aires.

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Versiones

(Existen versiones de que al involucrar a la Argentina como supuesto blanco del complot iraní se busca complicar al gobierno de Cristina Fernández pocos días antes de las elecciones presidenciales; y que son una represalia por su discurso en la reciente Asamblea de la ONU. Allí, Cristina aceptó un ofrecimiento de Teherán para abrir un canal de diálogo que ponga fin al largo conflicto entre los dos países por la causa AMIA. Y el embajador argentino en la ONU, Jorge Argüello, no se retiró cuando habló allí el presidente iraní, cambiando la tradición de los últimos años. Ello molestó en Washington y también a las instituciones judías argentinas.)

sábado, 1 de octubre de 2011

Queremos vivir bien, pero a los palestinos ni las migajas

Una primavera árabe que ignora a los árabes en Tel Aviv

Cientos de miles de indignados israelíes manifestaron exigiendo justicia social en agosto/11
Greg Burris*
Nadie podría haber predicho siquiera que un solo acto de protesta —la autoinmolación de un desesperado vendedor ambulante tunecino— desataría una oleada colectiva de resistencia y rebelión a lo largo del Norte de África y de Oriente Próximo amenazando con derrocar regímenes que durante mucho tiempo fueron considerados como actores políticos permanentes.
Pero quizás el resultado más sorprendente de esta oleada de protestas regionales iba a verse en Israel, donde manifestantes judíos portaban pancartas y gritaban consignas que declaraban que el espíritu revolucionario de la plaza Tahrir de El Cairo había llegado a las calles de Tel Aviv. La primavera árabe, al parecer, se ha convertido en el verano israelí.

Pero, ¿de qué modo las protestas que están teniendo lugar en Tel Aviv se relacionan con el más amplio tumulto regional? ¿Qué dicen las protestas sobre el actual estado del sionismo y qué significado tienen para la ocupación de Palestina? Para responder a estas preguntas, se podría empezar volviendo a una inesperada fuente: la cultura pop israelí. El sionismo se escapa ileso

En 1984, el músico de rock israelí Shalom Hanoch publicó su álbum más vendido Esperando al Mesías. Entroncando de lleno con la tradición del rock protesta, el álbum contaba con una pieza de arte audaz en la c
ubierta: un primerísimo plano de un cenicero sucio, lleno de colillas de cigarrillos y basura. Resultaba apropiado como metáfora de la verdadera pobreza que reside en el corazón de la buena vida, de la suciedad que ciñe el glamour

Para realzar aún más las credenciales del álbum protesta, aparece la canción que cuenta la historia del legendario Mesías judío que por fin llega a la Tierra. Pero su aparición en el mundo no se produce en u
n momento feliz. Al ver el triste estado de cosas que le da la bienvenida en el Israel de aquellos días, el intrépido y joven Mesías no cumple los sueños proféticos. Por el contrario, se lanza desde un tejado suicidándose en el pavimento de una calle de Tel Aviv. “El Mesías no viene”, entona Hanoch con su voz ronca que acentúa los sonidos guturales del hebreo. “El Mesías ni siquiera va a llamar”.

Pero, ¿era realmente el mensaje de Esperando al Mesías tan radical? Antes de adoptar la canción como un manifiesto musical de rebelión y de revuelta desde la izquierda, habría que ahondar en ella un poco más. La letra de la canción sugiere que los principales motivos que conducen al mesías al suicido son totalmente económicos. Se cita concretamente la mala gestió
n de la bolsa de valores israelí. De manera que lo que cabe suponer es que el Mesías era también un inversor con mala suerte.

El viernes 23 de septiembre manifestantes se concentraron frente a delegación ONU en Caracas para exigir reconocimiento del Estado soberano e independiente de Palestina

Los palestinos están completamente ausentes de esa imagen. Están relegados a las sombras —marginadas, oscurecidos y olvidados. Así, se proyecta una imagen de protesta aunque lo que claramente e
xige la mayor protesta de todas —el etnocéntrico Estado sionista y la ocupación del pueblo palestino que le acompaña— no se menciona en absoluto. Es como si se pudiera criticar todo a excepción de, precisamente, de lo que más importa. De esa manera, la protesta —incluso la de un himno de rock enfurecido— funciona para perpetuar el propio status quo contra el que pretende posicionarse. Al fin de cuentas, el sionismo sale ileso.

Revuelta contra el neoliberalismo

Las recientes protestas que han esta
llado en Israel deben ser entendidas exactamente de la misma forma. Estacionados en un campamento improvisado en el elegante Bulevar Rothschild de Tel Aviv, las exigencias de los manifestantes son sorprendentemente similares a las expresadas por sus vecinos árabes: vivienda asequible, comida y gasolina más baratas, aumento salarial y que se ponga fin al deterioro de los sistemas de salud y de educación del país.

Según el destacado historiador laborista de Oriente Próximo Joel Beilin, “el despertar árabe es, en parte, una rebelión contra el modelo neoliberal de desarrollo, aunque rara vez se mencione. La crisis de la vivienda en Israel es igualmente un síntoma de las políticas neoliberales” (“El co
nflicto palestino-israelí y el despertar árabe”, Middle East Report Online, 1 de agosto de 2011). Pero mientras que estos problemas económicos se han visto exacerbados por la costosa ocupación militar israelí de Palestina y la subvención del gobierno a las comunidades de colonos ilegales en Cisjordania, la tendencia mayoritaria es ignorar estos hechos inconvenientes y en su lugar tratar la ocupación como un asunto sin relación alguna, como un “problema de seguridad” sin relación de ningún tipo con las protestas.

Por lo tanto, aunque el álbum de Hanoch se publicó en 1984, podría haber sido grabado ayer. Si su titular Mesías hubiera retrasado su llegada a la tierra 27 años y hubiera aparecido en el caluroso verano israelí de 201
1, se hubiera lanzado igualmente desde esa azotea y hubiera salpicado su cuerpo en las calles. Una vez más, el problema es la economía, y una vez más, se deja a los palestinos totalmente fuera de vista.

Hay quienes afirman que hablar de la ocupación israelí en este momento sólo serviría para dividir a los manifestantes. Uri Avnery, por ejemplo, ha argumentado que aunque “sacar a colación la ocupación proporcionaría [al primer ministro Benjamin] Netanyahu un arma fácil, dividir a los acampados y desbaratar las protestas”. Avnery, que es desde hace tiempo parte integrante de la izquierda israelí, concluye que “no hay necesidad de presionar a los manifestantes” en ese sentido y que con
paciencia, las protestas se volverán con el tiempo contra la ocupación por sí solas, como por arte de magia (“¿Cómo de piadosas son esas tiendas? ¿Quiénes son estas personas? ¿A dónde irán desde aquí?”, Counterpunch, 5 de agosto 2011).

Este punto de vista no es infrecuente. Sin embargo, el deseo de desvincular el llamamiento a la justicia social de la ocupación y esperar simplemente lo mejor es una concepción equivocada. La idea de que la unidad de las protestas se debe mantener a toda costa pasa por alto el hecho fundamental de que, en realidad, en Israel, cualquier protesta que no aborde la ocupación no es en absoluto una protesta.

Así, en el Boulevard Rothschild de Tel Aviv Boulevard, los manifestantes de clase media están intentando librar una primavera árabe sin árabes. Aunque la protesta de la ciudad acampada ha sido inusual en su tamaño y en el amplio grado de apoyo que ha recibido en todo el país, el impulso que hay tras ella no constituye un verdadero reto
para el Estado de Israel. Las protestas representan una reacción contra las injusticias económicas exacerbadas por las políticas neoliberales del gobierno de Israel, y como tal, el amplio marco del sionismo es perfectamente capaz de absorber las demandas de los manifestantes. Colonos abrazados

De hecho, ¿qué es la rebelión del Boulevard Rothschild sino la última manifestación del viejo sueño sionista? Al igual que hicieran antes que ellos los colonos sionistas pioneros ellos, los manifestantes de hoy prevén la creación de un estado del bienestar en la tierra de leche y miel, donde la vida sea asequible, la comida abundante y
los legítimos habitantes del país, los palestinos, estén excluidos de la discusión. Sencillamente, parecen no existir. Los manifestantes no pretenden negar el sueño sionista, por el contrario, quieren ponerlo en práctica.

Pero el sueño de los primeros sionistas fue una pesadilla para los palestinos locales. Cuando la libertad de un pueblo se logra con la ocupación de otro, no hay nada que celebrar. La rebelión del Bulevar Rothschild no se diferencia en nada de ese precedente. Sin tener en cuenta la ocupación, las exigencias de los manifestantes, en el mejor de los casos, tienen un único objetivo de mejorar la vida de los ocupantes, y la bienvenida dada a la inclusión de los miembros del mega-asentamiento de Ariel en la revuelta, según lo informado por Max Blumenthal y Joseph Dana debe servir aquí como una severa advertencia (“¿Cómo podría lograr el movimiento social más grande de la historia de Is
rael ignorar el mayor desastre moral del país?”, Alternet, 24 de agosto de 2011). Son los ocupantes quienes se alzan para recibir una mejor atención de salud, mejor educación, mejores salarios, viviendas más asequibles y todo lo que tiene que ver con mejores condiciones de vida, mientras los que viven bajo la ocupación no reciben nada. Agenda conservadora
El viernes 23 de septiembre manifestantes se concentraron frente a delegación ONU en Caracas para exigir reconocimiento del Estado soberano e independiente de Palestina
Por lo tanto, en este caso, la protesta no es en absoluto tan radical. Como el himno rockero de Henoc, la imagen de la protesta radical esconde una agenda más bien conservadora. Es decir, las protestas operan dentro de los parámetros predeterminados del orden social dominante. En lugar de representar una amenaza para el Estado de Israel, el único objetivo de las protestas es mejorar la vida de sus ciudadanos judíos. Buscan mejorar el sueño sionista de construir un Estado de bienestar social en una Palestina sin palestinos. Lo que verdaderamente hace falta es desmantelar por completo ese sueño y su sistema de apartheid que le acompaña.

Por lo tanto, las diversas tendencias izquierdistas partidarias de la rebelión de Rothschild Boulevard que defienden la exclusión de la cuestión palestina en el nombre de la unidad israelí se equivocan. Unidad no significa juntarse con los partidarios de la ocupación y los colonos usurpadores de la tierra. Por el contrario, la verdadera unidad se entenderá traspasando esa gran división tabú entre judíos y árabes, israelíes y palestinos. Ello significaría que el sueño exclusivo y etnocéntrico del sionismo tendría que ser reemplazado por un sueño democrático sin segregación y apartheid. La justicia económica basa en la exclusión etnocéntrica no es un sueño por el que valga la pena luchar. Cuando los ciudadanos israelíes judíos enviados a los niveles más bajos del escalafón de la explotación llevada a cabo por sus gobiernos estén dispuestos a reconocer que su verdadero enemigo es el mismo que el que aterroriza al pueblo palestino ocupado, entonces y sólo entonces habrá una unidad en la protesta que valga la pena celebrar.

*Greg Burris es ex profesor de la Universidad Bilgi de Estambul, en Turquía y Licenciado en el Departamento de Estudios de Cine y Medios de Comunicación de la Universidad de California, en Santa Bárbara.
SENTIMIENTOS ANTIÁRABES ENTRE LA POBLACIÓN DE ISRAEL, VER VIDEO

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