viernes, 19 de diciembre de 2008

"¡¡ Uuh, Aah, Chávez no se va !!"


Venezuela: la lucha democrática de un pueblo junto a su líder


Thierry Deronne
Rebelión
Son la misma calle, los mismos relámpagos, los mismos reflejos en los ojos de los niños. El pueblo desbocado por los centros comerciales en su compradera de Navidad es aparentemente el mismo pueblo. La misma espuma de un agua distinta. En medio del huracán consumista excitado por los canales privados (incluyendo RCTV que afuera creen “cerrado por Chávez”) decenas de miles de ciudadanos se acercan a las mesas montadas en las aceras para firmar una solicitud de enmienda. De ser aprobada luego por una mayoría de electores, daría al pueblo venezolano un derecho que existe en casi todas las demás democracias, el de elegir a quien quiera cuantas veces le parezca como Jefe de Estado. A pesar del aplastante coro mediático y de la campaña de la oposición en contra de la “trampa del dictador”, las firmas se recogen más rápido y con más entusiasmo de lo previsto, llegando a casi 5 millones en pocos días.
El 23 de noviembre 2008 la mayoría volvió a ratificar la política del “populista tropical” que ha hecho mas que cualquier jefe de Estado en 10 años. Millones de hectáreas para los campesinos pobres, mayor soberanía alimentaria al reducir la importación de comida, baja de 30 % de la pobreza, auge continuo del empleo e incremento del salario real, extensión de la seguridad social y del derecho a la jubilación, salvación de millones de vidas gracias a los programas de salud para los pobres, mitad de la población en pleno estudio, congelación de tarifas de los servicios públicos, nacionalizaciones estratégicas (telecomunicaciones, electricidad, siderurgia, cemento..), creación de empresas de propiedad social, masificación de créditos para adquirir o construir viviendas, creación del Banco del Sur, de Petrocaribe, del ALBA, lanzamiento del satélite “Simón Bolívar”. La lista es impresionante, no exhaustiva (1). Fundamental es la explosión de la democracia participativa que va de los consejos comunales a los medios comunitarios, sin olvidar la dosis intensiva de elecciones, referendos, siempre validados por los observadores internacionales.
A varios “analistas de izquierda” la victoria de noviembre, obtenida a pesar de diez años de poder no parece tan significativa como las victorias locales de la oposición. Pretenden aconsejar a los venezolanos sobre cómo corregir a tiempo su proceso ante el “rechazo popular” (sic) y hacerles descubrir una burocracia o una corrupción que combaten desde muchos años. “Chávez perdió su popularidad a una velocidad vertiginosa que no imaginaba. Lo que quedara de él sera un simple brochazo rojo sobre el capitalismo” profetiza el Sr. St-Upery. Otros “expertos franceses", "moderados y libres de dogmas” como Rosenthal o Fogel anunciaban el ocaso inminente de la revolución cubana para el inicio de los 90. El punto común de estos “análisis” es el desprecio por el sujeto popular, por su paciencia lucida, por su historia de resistencia y por su inteligencia de los plazos.
Pues no se trata solamente del récord de participación que hace del Partido Socialista Unido, creado hace apenas un año, el primer partido, ganador de 17 gobernaciones sobre 22 y de la gran mayoría de las alcaldías (75 % de la población venezolana vive hoy en municipios bolivarianos). No solo se trata de que este partido ganó 700.000 electores en relación al referéndum de 2007, mientras la oposición perdió más de 550.000. O de la sociología que confirma que fueron las bases populares, como mayoría social, las que votaron por la propuesta bolivariana. Es que el PSUV con sus vicios de nacimiento, su reciclaje de algunas figuras viejas, ya no podrá manejarse como los partidos populistas de antes. Los cuestionamientos de la base ante la imposición de algunos dirigentes, por ejemplo, indican un despertar colectivo. Y más sudor para los pocos candidatos electos de la oposición, algunos de ellos envueltos en graves casos de corrupción o actores directos del golpe de Estado del 2002, y que descubren ahora a un pueblo dispuesto a defender sus centros de salud integral ante sus intentos de desalojo.. El sector “inteligente” de la derecha lo entendió, al intentar apropiarse las conquistas de la revolución y buscar voto a través de un discurso de “reconciliación nacional”. Sostenido por un casi monopolio (85 %) de las ondas radio y TV y por casi toda la prensa escrita, podrá progresar mientras no tenga que revelarse en una política nacional..

La izquierda clásica, gran perdedora de estos comicios, siempre fue muy minoritaria electoralmente. Sus criticas “necesarias, constructivas...” a Chávez no siempre superan el eltismo y el colonialismo inconscientes. Como si todavía le costara aceptar que un presidente revolucionario no proviniera de sus filas.
En 1989, al mismo tiempo que caía el muro de Berlín, el pueblo venezolano se rebelaba contra el neoliberalismo de Carlos Andrés Pérez. La masacre de Caracas se produjo en la misma época que los bombardeos de los barrios de Panamá por los norteamericanos. Silenciados por los medios transnacionales ambos crímenes contra la humanidad empujaron a militares de extracción popular a reinterpretar la filosofía de Simón Bolívar : maldito el soldado quien use sus armas en contra de su pueblo, y de allí a rescatar la igualdad republicana como concepto central. No asombra pues que fueran estos soldados revolucionarios y no los pequeños partidos de izquierda quienes permitieron la “inyección de vitaminas a la democracia latinoamericana” en palabras de Eduardo Galeano. O que hace dos siglos la prensa imperial tachaba a Bolívar de “César sediento de poder eterno" o de "dictador loco” para alejar a los pueblos de su proyecto de Unión de Repúblicas.
Hoy las criticas del pueblo ante los retrasos, las incapacidades, los actos de corrupción, se dirigen no a la existencia sino a la falta de Estado revolucionario en muchas esferas de la vida cotidiana. Ante la desmovilización y el cansancio de parte de las bases el presidente pide al pueblo presionar a los nuevos elegidos para que cumplan con el programa de fortalecimiento del poder popular. Aquí se puede aprender mucho del Movimiento de los Sin Tierra brasileño : “en el descenso de las masas, formarse para preparar el reascenso.” Solo algunos periodistas distraídos vieron como folclórico el que el Presidente Chávez blandiera en una rueda de prensa el ultimo libro de István Mészaros : “el desafío y la carga del tiempo histórico” que le acababa de obsequiar Manuel Vadell, su viejo compañero del Movimiento Bolivariano 200.

(1) Indicadores sociales y económicos del 2008 :
http://www.rnv.gov.ve/noticias/index.php?act=ST&f=4&t=81548
http://www.rnv.gov.ve/noticias/index.php?act=ST&f=4&t=84225
http://www.vive.gob.ve/archivos/textos/pib_2trimestre2008.pdf
http://www.vive.gob.ve/archivos/textos/logros_sociales_2008minci07_.pdf
http://www.vive.gob.ve/archivos/textos/logros_economicos_2008_minci_0.pdf
http://www.vive.gob.ve/archivos/textos/9_anos_de_revolucion__grafico200802020706.pdf
Thierry Deronne es Lic. en comunicación social (IHECS, Bélgica 1985). De 1985 a 1988 dicta talleres de vídeo en la Nicaragua Sandinista. En Venezuela funda la Escuela Popular de Cine (1995), la televisora comunitaria Teletambores (2000) y participa en la creación del canal campesino Camunare Rojo TV (Edo Yaracuy). Desde 2003 trabaja en Vive TV, canal del poder popular, del cual es actual vice-presidente de formación integral. http://www.vive.gob.ve/







lunes, 15 de diciembre de 2008

El espíritu de la navidad


Fernando Buen Abad Domínguez

El trineo de la mercancía navideña tirado por jaurías de publicistas.

Sin la publicidad, sin la complicidad de los gobernantes, sin la complacencia de los mandos clericales… el cometido mercantil de los festejos navideños naufragaría en las tiendas departamentales. Los mass media han secuestrado, en alianza con sinnúmero de socios, la "Navidad". Antes, durante y después del que se conoce como día del aniversario natalicio de Jesucristo, una vorágine mercantil se apodera del mundo y lo inunda con mal gusto, juguetería basura y música cursi al servicio de un episodio de expansión comercial cuya capacidad de penetración ha rebasado todo el límite. Y se lo promueve como logro moral del capitalismo.

Se trata de un ultraje navideño con juguetes, arbolitos, esferas, luces, moños y excesos de todo tipo. La "industria publicitaria" cumple su tarea ideológica, camuflada de cristiana, entrañable e inofensiva. Reino terrenal de sistema avasallante de producción publicitaria en éxtasis capitalista de objetos incontables y en plena crisis de sobreproducción. Nos inunda la publicidad, juega con nuestros sueños, planifica estrategias de ventas con bases materiales concretas y complejas, se hace de nuestras palabras y penetra nuestros campos imaginarios, nuestros deseos, nuestros apetitos, nuestras ambiciones… alienación que desgarra toda relación con la vida real para garantizar la usurpación del salario a cambio de baratijas de ocasión. "Noche de paz y noche de amor"… dicen.

Asalto ideológico penetrante que nos exige autodefensas para ayudarnos a desconfiar del oropel publicitario, interpretar correctamente las exageraciones y las ambigüedades, desnudar las trampas de la lengua burguesa. Aunque la tengamos metida en casa, la guerra ideológica emprendida por los mass media para hacernos compradores compulsivos de cualquier basura, debe ser combatida sistemáticamente y con los bolsillos del salario perfectamente cerrados.

13 ideas para cambiarle la suerte al salario de los trabajadores amenazado por los buitres de la publicidad navideña:

Celebrar sin fanatismo (celebréis lo que celebréis) No hay dios padre ni dios hijo que se ponga contento con llenarle los bolsillos a esos mercachifles dueños de la payasada mercantil que nos saquea los salarios.

No legitimemos las ideas y creencias del patrón ni de la clase a que él pertenece. No legitimemos los intereses de una clase dominante ni sus ritos ni su modo de vendérnoslos.

No nos dejemos extorsionar: los modos en que la burguesía celebra sus "fiestas navideñas" no tiene por qué ser imitada. No se es "débil", "feo", "perdedor", "pobre" o "tonto" si uno decide hacer con su dinero celebraciones totalmente distintas a las del burgués ostentoso.

Nada de lo que se anuncia la publicidad debe ser comprado si no corresponde a necesidades concretas de los trabajadores. Nada debe ser comprado bajo chantaje, vergüenza o imposición alguna. Se puede discutir abiertamente la compra de artículos o regalos para celebrar, analizarlo con amigos y compañeros de trabajo, comparar precios y hacer compras colectivas. Eso ayuda a no enfrentar en soledad las argucias de la publicidad para engañar y saquear el dinero de los trabajadores.

No comprar llevado por la idea de ser envidiado por todos. No permitir que manipulen nuestros deseos, instintos, antojos, afectos y cariños. Ningún juguete suplanta la relación personal, ningún objeto sustituye la solidaridad y el amor. Ni un solo peso a los manipuladores especialistas en propinar al pueblo golpes bajos para obligarlo a gastar en fetiches perversos.

La publicidad mercantil es la ideología de la burguesía, es el púlpito del capitalismo, no le creamos un ápice. No gastar en Navidad, más allá de lo racionalmente indispensable, no nos hace pecadores, insignificantes ni estúpidos. No dejemos que nos acomplejen.

Es mentira que con regalos se fortalece el afecto. De padres a hijos o de padres entre sí. Los hombres (trabajadores, obreros y campesinos) no dejarán de ser hermanos porque no gasten su salario en complacer a los publicistas. Que por su parte no son hermanos más que del dinero.

Es mentira que en la Navidad de los burgueses todos somos "hermanos", "hijos de Dios"… etc. En estas festividades la lucha de clases persiste y ningún comerciante dejará sus riquezas para beneficiar a los trabajadores, a quienes, por el contrario, esquilma y engaña ayudado por publicistas. Ni un centavo para ellos.

No hace falta emborracharse ni embrutecerse para ser felices. Tampoco se es feliz por gastar mucho dinero. Todavía hay muchos momentos de felicidad que son gratis. Cosa de ingeniárnoslas.

No dejarse "estimular" con las payasadas que inventan los publicistas empeñados en emocionarnos, sensibilizarnos, cachondearnos para que paguemos cualquier precio por cualquier basura.

Ninguna publicidad logrará garantizar "mayor poder sexual", "magia", "seducción"… los trabajadores no deben conceder ninguna credibilidad a quienes ofrecen paraísos imaginarios ni ilusiones mediocres. Todo lo que buscan es quedarse con el producto del trabajo, saquear lo que le queda al trabajador después de que el patrón ya ha esquilmado los salarios.

Cuestionemos y sancionemos socialmente la publicidad burguesa produciendo interpretaciones críticas y disidentes sobre sus dispositivos ideológicos y sus fines contra la clase trabajadora.

El salario de los trabajadores debe ser defendido por los trabajadores. Especialmente contra la publicidad burguesa.

El dinero o la vida (o las dos cosas):

La publicidad en épocas navideñas expresa también la urgencia mercantil de las empresas. Les urge vendernos todo y para eso no importa qué clase de canallada (con música sacra o escenas glamorosas) halla que inventar. Los patrones afilan sus colmillos con ayuda de publicistas para vendernos su ideología y su mercadería. El producto del trabajo convertido en un botín acorralado con artefactos, engañifas, tentaciones generalmente innecesarias, inútiles e inservibles.

Quieren nuestro dinero a como de lugar y quieren que lo entreguemos felices de la vida. Ese es su cinismo que mueve a risa por la ironía que se agudiza cuando se habla de "fraternidad entre hermanos" pero a la hora de quedarse con la mejor parte, la burguesía cierra las puertas de sus casas para que los pobres no entren a robar los juguetes caros de los niños ricos. Quieren vendernos cenas, viajes, cuentas bancarias, relojes, juguetes, bebidas… la ideología dominante desarrolla todo para intervenir en la conciencia de aquellos a los que somete y emplea el discurso publicitario navideño esencialmente para satisfacer la ansiedad de los patrones y sus "nichos de mercado".

El capitalismo con su publicidad actualiza perversiones mercantiles contra el proletariado a quien aplica un tratamiento diversificado entre la seducción y el desprecio, a lo largo del año, claro, pero muy especialmente en navidad. La clase trabajadora es acribillada desde los medios de publicidad para engordar los ingresos que la burguesía secuestra impunemente con cualquier pretexto. Ocurre una guerra abierta inter-burguesa, batalla entre empresas, caracterizada por la virulencia manipuladora de mensajes elaborados por especialistas de la canallada mercenaria.

La clase trabajadora sufre los estragos de esa guerra porque es la enemiga de clase, la fuerza que produce la riqueza y la fuerza a la que el capitalismo devasta saqueándole el producto de su trabajo hasta la ignominia. Navidad es un pretexto más donde las paradojas de agudizan porque la hipocresía burguesa es infinita, celebran el nacimiento de Cristo mintiendo y robando a diestra y siniestra. Hay que recordar aquello de la aguja y el camello y aquello de los mercaderes en el templo.

El discurso dominante se explicita en los valores de las compras. Los trabajadores son víctima de una marejada discursiva que los somete al adoctrinamiento mercantil, manipulación psicológica, violencia simbólica destinada a amaestrarlos ante los caprichos del mercado. La publicidad medra los deseos, pero también los fabrica para "negociarlos" continuamente en su escalada permanente para la apropiación del mundo.

Es preciso multiplicar las luchas contra al modelo hegemónico de publicidad y la transformación radical de la cultura, degenerada en manos del capitalismo. Lucha contra el régimen de propiedad de las herramientas de producción en comunicación y contra las relaciones de producción dominantes .Lucha contra la alienación y la manipulación, lucha contra el discurso nazi-fascista incubado en la publicidad burguesa.

Feliz navidad, je, je, je

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